jueves, 8 de abril de 2010
LAS SERVILLETAS
Básicamente, las servilletas de papel, se dividen en dos tipos: las que sirven para sonarse, y las que traspasan los dedos.
Estas últimas son las de los bares, las satinadas, que están como plastificadas. ¡¡Alguien debe de decirlo ya!!: ¡¡las servilletas de los bares, son una mierda!!. ¡¡No limpian!!. Son impermeables. Rascan, arañan... A lo sumo, arrastran, pero no absorben.
Son impermeables, están plastificadas y son pequeñas. Es como limpiarse los morros con el DNI. Son tan enanas que, si estás comiendo gambas y coges una servilleta para limpiarte, ésa ya no sirve. El mero hecho de tocarla con los dedos pringosos, ya hace que se desintegre.
Coges una, y se desintegra; coges otra, también; otra, también; otra... y a la quinta o sexta... te puedes plantear utilizarla para limpiarte. Pero eso sí, una para cada dedo. Creo que no son para limpiarse. Son un placebo. Nos lo pasamos por los morritos, y creemos que nos hemos limpiado.
Otro uso de la servilleta satinada es envolver bollos. Si compras un cruasán, una napolitana de chocolate o un donut, te lo envuelven en una de esas servilletas satinadas. ¡¡Y es para indignarse!!, porque el barniz que llevan los cruasanes, se pega a la servilleta, y quieras o no quieras... un cacho de servilleta, te tragas fijo.
En esas panaderías te plantean una de las preguntas más difíciles de contestar de la Historia:
- ¿Es para llevar o para tomar?
- Me lo quiero llevar, pero también me lo quiero comer.
Otras servilletas son; las que usan los del Oeste para atracar bancos. No sé qué les pasa a los del Oeste, que se ponen una servilleta en la boca, y creen que nadie los reconoce. ¡¡Con lo bien que sienta una media de lycra!!. Tal vez, si los vaqueros atracan con servilletas, se limpian los morros con pantys de lycra.
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