viernes, 31 de diciembre de 2010

EL NÚMERO 100


El número cien. Un número bonito. Bonito y redondo. A todo el mundo le gustan las cosas bonitas y redondas, porque... molan.

El cien es un número de que por sí, es especial a nivel matemático, porque ha generado su propio símbolo, ése que es, dos pelotitas separadas por un palito en diagonal %, que yo no sé exactamente en qué se inspiraron para dibujar el símbolo.

Y a su vez, ha generado también su propia operación aritmética; el tanto por ciento. Muy pocos números han sido elegidos para cumplir requisitos especiales, y marcar un antes y un después en las matemáticas. Tenemos por ejemplo el 3´14 que se le ha llamado el número pí, ¿por qué?, no lo sé, tampoco soy matemático yo.

Incluso para que veáis lo mucho que sé de matemáticas, sin ser matemático, también está el número 2´71 conocido como el número e. Pero este número no mola tanto, porque es un número que nunca atiende a razones. Siempre ha sido un número un poco, irracional.

Cien es un número bonito, por algo que ya no existe, pero que molaba un montón; las pesetas. Concretamente 100 pesetas. Esa monedaca de color dorado, sólo superada en tamaño, por la mítica moneda de 500, que la podías tirar a alguien, y tranquilamente matarlo. Que molaba un montón porque, esta moneda, y esta cantidad económica dio pie, a unos de los comercios más máximos y más geniales de la historia del comercio; las tiendas de todo a 100.

Que también hay que meter un apunte aquí. Y es que, por alguna extraña razón, la moneda de 100 pesetas, también se le llamaba veinte duros, que es una cosa que nunca entendí, ¡¡que manera más tonta de complicarnos la vida!!. Aclaración para los más jóvenes; un duro, eran cinco pesetas, con lo cual, volviendo a las mates, veinte por cinco, es igual a cien. Cien pesetas eran veinte duros, que yo sigo sin entender porqué se hacía esto.

Una vez alguien me dijo:

- ¡¡Es que así, abrevias la palabra!!

- ¡¡Mentira!!, ¡¡Cien pesetas, tiene once letras, y veinte duros tiene exactamente las mismas, y encima hay que multiplicar!!

Lo curioso es que, con la llegada del euro y el redondeo, las tiendas de todo a 100, pasaron a ser; todo a 1 euro, que no me digáis que no, que eso suena muy feo.

Cien son las patas que tiene un cien pies. Cien fueron los años de soledad escritos por Gabriel García Márquez. Cien es el 57% de la palabra ciencia, pero sólo el 44% de su madre, que todos sabemos que es, la paciencia.

jueves, 30 de diciembre de 2010

LOS SIGNOS ORTOGRÁFICOS


Hay algo que me extraña profundamente, y me llama poderosamente la atención…
Que sólo hay dos tipos de signos ortográficos de entonación: la interrogación y la exclamación. ¡¡Sólo dos!!.

Es como si los seres humanos sólo pudiéramos estar crispados o desconcertados. Y no sólo es que sean pocos, es que además están en peligro de extinción.

Corría la primera década de este siglo, los 00´s, años impactantes en los que los coches de los anuncios se convertían en robots a la primera de cambio. En aquellos días las nuevas generaciones, descontentas porque los signos ortográficos de entonación no eran suficientes para expresar todo lo que sentían, daban un golpe de Estado en Internet e inventaban los emoticonos.
En Internet se suele vejar a la ortografía, a la hora de escribir un email por ejemplo. A la gente se le va la mano con las exclamaciones:

Hola!!!!!!!!!!!!!

Eso, en la vida real, equivaldría a gritarlo por un megáfono, o saludar con una bocina de barco.

Y cuando se felicita por un cumpleaños, se ponen signos de exclamación, hasta que se acaba la línea:

Felicidades!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Hay quien pone tantos signos, como años cumple la persona, como si fueran las velas de la tarta.

Los teléfonos móviles también tienen su propio universo ortográfico: el lenguaje SMS. Gracias a los móviles se puede escribir Romeo y Julieta en dos SMS y medio.

Rmeo s lio cn Julieta, tía ke mal ryo xq a sus viejs no ls mola nda. Qnd ub bronk s echarn a Rmeo de Brna y ls viejs d Julieta l liarn cn otro, te aqrds? K cbrns! Ps ella, xa ktars l marrn, s pilló uns pastis para fngir s muert, ta lk. Clro, Rmeo cdo vio l crpo l dio bjon y bb bneno, lo nrmal. Dps Julieta s dspirta, b a Rmeo mrto y la tia s clavó l nabj. S montó poyo aunq al final ay buen ryo cn ls viejs. Qdms y t qnto!

Menos mal que los padres de Romeo y de Julieta no tenían móviles.

martes, 28 de diciembre de 2010

LAS BROMAS


Hoy quería hablar de los grandes responsables del humor, la jacaranda, la risa, la chanza, y, la algarabía de nuestro país; las bromas.

Pero no las bromas, sino las bromas pesadas. A mí siempre me ha gustado la expresión; “gastar una broma”, ¿qué significa gastar una broma?, ¿hay alguien que lleva la cuenta?, o sea, alguien dice;

- ¡¡Ha gastado usted, ya tres bromas, le quedan seis!!, ¡¡está usted en reserva, debería de rellenar ya su depósito de bromas!!.

Porque claro, por ejemplo, las bombas fétidas.

Las bombas fétidas, es una broma que está mal pensada, porque, el que la tira, si quiere ver el resultado de su broma, tiene que quedarse a olerla.
Pero el bromista profesional, eso le da igual, porque está enganchado.

Pero lo más gracioso, es que, las bombas fétidas te vienen con advertencias; “ADVERTENCIA; NO INGERIR”, porque es lógico, es que te apetezca tragártela.
Ya que, todo el mundo sabe de antemano, que el olor abre el apetito.

Lo que nadie sabe, es que, detrás de una bomba fétida, hay un químico, o sea, un señor con bata blanca, que ha estudiado una carrera de ¡¡seis años!!, y que dijo:

- “Algunos de mis amigos, se van a dedicar a estudiar la vacuna del SIDA”, “otros, se van a encargar de encontrar un remedio contra el cáncer”..... “yo no, yo no, yo voy a dedicar toda mi vida, a buscar una nueva fórmula, para que las bombas fétidas huelan peor”.

Yo quiero preguntar algo; ¿las bombas fétidas caducan?, ¿qué pasa si una bomba fétida se pudre?, ¿se convierte en un perfume?, ¿pasa a oler bien?.
Porque esto es muy curioso, porque las bombas fétidas, no, las bromas en general, no tienen fecha de caducidad, por ejemplo, tu gastas una broma, y te dicen;

- Usted le quedan noventa y nueve bromas, ya sabe, quien te da más, por tu dinero en un banco. Tu broma, mi broma, y cada día la de más gente. Gástela a plazos, y sin intereses. Para gastar bromas, no necesita nada. Haga uso de ellas, siempre que lo desee, ya sabe.

En definitiva, las bromas, por mucho que las gastes, nunca se acaban.

lunes, 20 de diciembre de 2010

LAS CAJAS DE BOMBONES


Yo quiero hablar acerca de algo que todos sabemos que existe, pero que nadie conoce lo suficiente: las cajas de bombones.

Sabemos que existen, las hemos visto… pero, ¿cuántas llegamos a abrir?. Son como el cuerpo humano: sólo las abrimos si es estrictamente necesario.

No las abrimos, porque son un regalo. Ni aunque nuestros hijos estuvieran aullando de hambre.
- Cariño, ya no queda carne de perro en la nevera, y los niños pasan más tiempo desmayados que conscientes… ¿no crees que ha llegado la hora abrir la caja de bombones?, ¿qué le vas a decir?, ¿que sí?, ¿y si mañana tuvieras que hacer un regalo…?.

Son un regalo reciclable. Según nos llega la escondemos en un armario… además no es necesario abrirla, hemos desarrollado el oído a tales niveles que simplemente con agitarla ya decimos, ¡¡bombones!!, al armario; Y allí se quedan hasta que seamos nosotros, los que tenemos que hacer un regalo.

Las cajas de bombones ni se crean ni se destruyen, se reciclan.

Cuando nos la dan, fingimos mucha ilusión. Como si se tratara de algo que nos hace falta, como unos guantes, una caja de herramientas… un marcapasos.

Bombones… ¿quién te lo ha dicho?,… menos mal que me la regalas, porque tenía pensado comprármela yo. Pero mientras, ya estás diciendo: “esta se la coloco a mi hermana, por su cumpleaños”.

Las cosas cambian si el regalador está presente. En ese caso estás atrapado, y hay que abrir la caja

El ritual es: Lo primero es quitarle el papel con todo el cuidado del mundo. Me tengo que comer los bombones por narices, pero al menos el papel lo regalo.

Somos novatos en lo de comer bombones, nos los comemos con miedo. No en plan: ¡¡hala, pa dentro!!, No, no. Le damos un mordisquito… analizamos su sección. No sabemos con qué nos vamos a encontrar. Es como la ruleta rusa. Todos los bombones son aparentemente iguales, y tanto te puede tocar el delicioso praliné, como la temida naranja amarga confitada.

Pero si ustedes son pobres, como yo, lo más parecido a una caja de bombones que van a ver en sus vidas es, la caja de Surtido Cuétara. La caja de galletas surtidas, es como la caja de bombones de las clases proletarias.

Y la curiosidad es que, en las galletas surtidas, lo primero que desaparece, son ésas que están envueltas en papelillo de color. Todo lo contrario que en las cajas de bombones.
¡¡Ahh…, deliciosas, chocolateadas y abarquilladas galletas!!. ¿Cómo pueden estar en la misma caja, una galleta de arena?… La han visto, ¿verdad? Una galleta que si la miras, parece arena. Luego la coges y dices: parece arena, la muerdes y dices, ¡¡esto es arena!!.

Cumplen las mismas funciones, se regalan, se llevan a meriendas… y sólo se sacan en ocasiones especiales. Por muy mal que vayan las cosas:

- Cariño, los niños han empezado a comerse a su hermanos muertos. No crees que deberíamos
¿Qué le vas a decir? ¿Qué sí? ¿Y si mañana tuvieras visita?

La visita se va, y los niños sólo tienen acceso a las galletas de arena, o a las de cerámica… Pero en su mente, hay una meta muy clara: el piso de abajo. Sí, todos sabemos que hay unas normas: no se pasa al piso de abajo, hasta que no haya desaparecido la última galleta de arena.

Pero los niños tienen sus propias consignas: Muerte a las galletas de arena, el barquillo para el que lo trabaja.

El hombre tiene esa extraña manía de sacar lo bueno, sólo para las visitas. La Coca-cola, la vajilla buena, las galletas danesas, los cacahuetes bañados con miel y ligeramente salados. ¿No es un poco absurdo?.

No lo entiendo, de verdad.

sábado, 18 de diciembre de 2010

EL TRIÁNGULO


El triángulo es el más intrigante y enigmático de todos los instrumentos musicales. Sabéis cuál digo, ¿verdad?. Este que tiene forma como de… triángulo.

Se compone de dos partes: palito y triángulo. Yo me pregunto, ¿en una orquesta, cobra lo mismo el que toca el violoncelo, que el que toca el triángulo?. Su trabajo lo podía hacer el director, que ya tiene palito.

El del violoncelo tiene que estar todo el concierto pendiente, pero el del triángulo, sólo dos veces en todo el concierto, ¡¡plin!!, ¡¡plin!!, ¡¡eso es una tensión!!.

- ¡¡El concierto muy bien, si no fuera por el triángulo!!

- ¡¡Yo creo que estaba desafinado!!

Y aquí se genera una gran duda: ¿cómo se afina un triángulo?. ¿Con un transportador de ángulos?.

lunes, 6 de diciembre de 2010

LOS FASCÍCULOS


Cualquiera monta hoy un quiosco de prensa, y digo cualquiera, no por los problemas de permisos de licencia que eso supone, sino por el terreno y el espacio que hace falta, ya que antiguamente con una casetilla de dos por dos, se tenía bastante para poner los tres periódicos, y las dos revistillas que había.

Hoy día por ejemplo, si quieres montar un quiosco, te hace falta un edificio como el Corte Inglés de grande por lo menos, porque con tanto periódico, tanta revista de todo tipo, y sobre todo, tanto coleccionable por fascículo, los quiosqueros se tienen que volver majareta.

Y lo malo no es la revista coleccionable en cien entregas, lo malo es el cartón que traen, que en algunas ocasiones son más grandes que el techo del quiosco. Pero claro, el pobre quiosquero no va a poner estos cartones en el techo, para que nadie le compre ese fascículo nuevo número uno, del que tanta gana tiene de deshacerse.

Y si solamente fuesen dos o tres las colecciones que salen cuando llegan los meses de Septiembre y Octubre, todavía tendría un pase, pero son tan numerosas, que es imposible abarcar tanto producto. Por eso decía antes, que hoy día, ni en el Corte Inglés cabrían tantas revistas.

En la rama de la música, no sólo puedes tener el mejor Jazz por fascículos, sino que puedes conseguir el mejor Soul, la historia del Rock, los clásicos más populares, el mejor Flamenco, y hasta la vida del Camarón de la Isla. Además por supuesto, de que puedes aprender a bailar las sevillanas en una semana, un mambo en otra, y un chachachá en un plis plas.

Para los amantes de la guerra y de las pistolitas, te puedes comprar los soldaditos de plomo de los diferentes ejércitos del mundo. Que un soldado por semana, como tengas que juntar un batallón, te puedes llevar veintisiete años comprando fascículos.

Te puedes pillar el de las armas más famosas, te puedes montar un avión, que te lo dan por piezas, o te puedes comprar de una en una, las medallas que se ponían Hitler y Napoleón. Te puedes montar un barco de tablita a tablita, te puedes montar un robot, tornillito a tornillito, o te puedes montar el escenario de la batalla de Waterloo, piedrecita a piedrecita.

Además de que puedes tener, la revista coleccionable de los mejores libros de acción, de todas las novelas de Ágatha Christie, o de Alfred Hitchcok, o de los mejores libros de terror, de ciencia ficción o de poesía.

Eso sí, todo esto en el plazo de un año, porque en Septiembre del que viene, no sólo saldrán nuevos coleccionables, sino que se reeditarán todos estos que ya he mencionado.

Como las mejores recetas del Arguiñano, los mejores postres caseros para principiantes en el repostería, y la cocina de España contada por los mejores cocineros, región a región. Los cocteles más atrevidos, y la historia de los vinos del país. Además de que semana a semana se pueden comprar también los fascículos, en los que puedes aprender a hacer puntos de cruz, bordar, como nuestras abuelas, a programar un ordenador o a hacerte tu propia ropa.

Si a todo esto le sumamos, que existen una colección de cromos, de perfumes, de coches en miniatura, de camiones a escala, además de las colecciones de piedras preciosas, de hierbas medicinales... ¡¡Son más de cincuenta los cartones de las revistas!!, y son los que tienen que exponer los pobres quiosqueros, de los cuales, tendrán que colocar por lo menos, tres de cada uno.

Y todo esto…. ¡¡para nada!!. Porque yo no conozco a nadie, que haya terminado una colección de estas.

Así que, dentro de poco podremos aprender a comernos las uñas, por fascículos.