jueves, 31 de diciembre de 2009

EL FIN DEL MUNDO


Se acaba el mundo.

Hay muchas teorías, muchas sobre el fin del mundo. La más conocida es la de los mayas. 21 de diciembre de 2012, nos queda nada, menos de dos añitos. Los mayas dijeron que esto se acababa, que viene un pedrusco enorme del espacio, que Bruce Willis va a estar ese fin de semana de vacaciones, y que aquí cerramos telón.

Pero hay otras, por ejemplo los pedos de vacas. El problemas es, que cada vez hay más vacas en el mundo, y como le dan heno transgénico, las vacas cada vez van más sueltas, y se ve que eso, es muy nocivo para la atmósfera, porque los pedos de vacas llevan mucho metano, y que de seguir así, en el 2050, ya ni hay ozono ni nada, por culpa de las vacas.

Luego hay una asociación astronómica de Estados Unidos, que dicen que ya existe en la Vía Láctea un agujero negro, que avanza hacia el Sistema Solar. Este agujero negro está avanzando, chupando planetas, pero... dentro de nada, 300 añitos, ya estará a las puertas de la Vía Láctea, y entonces moriremos chupados, por un agujero negro.

Luego está la Iglesia de la Divina Luz, en Brasil, que dicen que ya hay un mosquito en la Tierra, que poco a poco va a ir picando a los 7.000 millones de seres humanos, menos a ellos. Ellos son unos 2000 miembros, que afirman estar en sintonía con este mosquito, enviado a la Tierra para aniquilar el planeta. Entonces dentro de unos años, cuando el mosquito ya haya terminado su cometido, esta secta repoblarán el planeta.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

lunes, 28 de diciembre de 2009

LAS MALETAS


Voy a hablar de uno de los seres, más estresantes de este planeta; las maletas.

Imaginad que estrés, que uno vive, toda su vida, descansando; debajo de una cama, o en lo altillo de un armario, allí olvidado, tranquilamente aletargado, y de repente un día te cogen; ¡¡Zas!!, te abren en canal, y te empiezan a meter; ¡¡¡¡ropa dobladita, ropa, ropa, ropa.... dobladita!!!!.

Eso en el mejor de los casos, eso si lo hace, una maleta, una persona normal. Ahora, si lo hacen en el cine, no sé si lo sabéis, pero en el cine, las maletas, se hacen desde el armario, tirando la ropa directamente adentro de la maleta, ¡¡con perchas y con todo!!. Un estrés extremo.

Y luego te cogen por el asa, y te empiezan a arrastrar, y arrastrar. Menos mal, que ahora la mayoría de las maletas tienen ruedas, que aquí me pregunto yo. ¿Por qué hemos tardado tanto en ponerle ruedas a las maletas?.

¡¡La rueda, llevaba inventada desde el principio de los tiempos!!, y nosotros ahí, arrastrando y arrastrando, hasta que llegó uno a un taxi, y dijo;
- ¡¡mira, ruedas!!, ¡¡qué idea!!.

¡¡No se les ocurría!!. Claro que, no todas las maletas tienen ruedas, hay maletas que persisten en no tenerlas. Son maletas, las supercaras, las pijas.... ¡¡esas no tienen ruedas!!, ¡¡cómo se nota que lo dueños, no tienen que arrastrarlas!!.

Claro que, en torno a las maletas, hay grandes dudas;

- La primera duda es; ¿en cuánto tiempo se tarda en hacer una maleta?. El hombre, desde sus orígenes, se ha enfrentado a las maletas, como algo inaccesible; “¡¡Oh Dios mío, me voy el jueves, tengo que hacer la maleta!!”, “¡¡Oh Dios mío, me voy el viernes, tengo que hacer la maleta!!”.
- ¿En cuánto tiempo se tarda en hacer una maleta?
- Exactamente, en el tiempo que tengas para hacerla; que tienes un mes, tardas un mes en hacerla, que tienes quince días, tardas quince días, que tienes cinco minutos, la haces en cinco minutos, y la haces igual de bien que si tienes un mes.
- La siguiente duda es; ¿cuánto espacio necesita el hombre en una maleta?, ¿cuánto espacio?, ¡¡TODO!!.

Da igual el tiempo que te vayas, da igual el tamaño de la maleta. Aunque tengas una maleta del tamaño de una hormigonera, ¡¡la llenas!!.

Porque las maletas, no se llenan de ropas, se llenan de; “por si acasos”.

- ¡¡Me voy a llevar; dos calcetines, por si acaso!!
- ¡¡Me voy a llevar; dos pijamas, por si acaso!!
- ¡¡Pero si sólo vas a dormir una noche!!, ¿para qué te vas a llevar dos pijamas?
- ¡¡Me voy a llevar un abrigo grueso, por si acaso en Sevilla, en el mes de Agosto, nunca se sabe!!.
- ¡¡Me voy a llevar una armadura, por si acaso participo en un torneo medieval!!

Y luego hay que cerrarlas con unos enganches, que se han quedado abajo, y hay que meter la mano, bucear. Y dices;

- ¡¡Aquí está!!, ¡¡Noooo, es un cinturón!!
- ¡¡Aquí está!!, ¡¡Noooo, es otro cinturón!!
- ¿Dos cinturones?, ¡¡Siiiiiii, por si acaso!!

Todas las maletas, las con ruedas, las sin ruedas, todas tienen un punto humano, y es, en ese momento en que hay que facturarlas. Tu vas a un aeropuerto, y ella ya sabe a lo que va, entonces tu la pones en la cinta negra, y ella se queda mirándote diciendo;

- ¡¡No, por favor, no me factures, no me factures, llévame como bulto de mano, llévame como bulto de mano!!
- ¡¡Es que..... ya eres grande!!

Y se va, y te mira como diciendo; -¡¡me has traicionado, me has traicionado!!

Luego cuando vuelves a tu destino, a Londres, o donde sea, la ves que tiene una pinta horrible, como si la hubieran torturado. La tocas, y está fría, y dices;

- ¡¡Aaaahhh, está muerta!!!
- ¡¡Nooooo, lo que pasa es, que en los aeropuertos, el aire acondicionado lo ponen altísimo!!

No maltratemos a las maletas, ellas, nunca lo harían.

martes, 22 de diciembre de 2009

LAS CUCHARILLAS


El problema es, que para entender a las cucharillas, primero hay que hablar de sus pobres madres; las cucharas.

Es muy duro ser cuchara, el único cubierto hembra, en un mundo de cubiertos macho.

Y sus compañeros de trabajo, el cuchillo y el tenedor, son unos machistas, y la discriminan a la pobre cuchara. Claro, ellos se encargan de las grandes comidas; un filetón, un spetec.... todo super- comidas. Y a ella, la mandan cuando hay; un puré, un sopicaldo. Eso es discriminación en el trabajo. Hasta cuando ponen la mesa, a ella la ponen al otro lado del plato. Y lo malo es, que la gente presencia esta inclemencia de la sociedad con total impunidad, y a la gente le da igual.

Y es que la cuchara, es una madre, que no ha podido ocuparse de sus cucharillas, todo lo que ella hubiera querido. ¿Qué es una cucharilla?. Eso habría que dejarlo claro. La gente llama cucharilla a cualquier cosa. Estás en la máquina de café, le das al botón, y te sale un café, y un palo de plástico.

Y tu dices;

- ¡¡Se le ha caído una pieza a la máquina!!.

Y dice la gente;

- ¡¡No, no, es la cucharilla!!.

- ¡¡Eso no es una cucharilla!!.

Claro, es que la gente, llama cucharilla a todo.

Y ese trozo de plástico, que viene en las tarrinas de helados.

Tú dices;

- ¿Y qué es esto?, ¿qué me ha tocado?

- ¡¡No, no, es una cucharilla!!

- ¡¡No, eso, no es una cucharilla, porque no se sabe porqué parte se agarra, y porqué parte se pincha!!.

Eso no son cucharillas, ¿por qué?, porque las cucharillas son como su madre, pero más pequeñas.

Para empezar, las cucharillas son criaturas imprevisibles. Tú vas al cajón de los cubiertos, y hay exactamente el mismo número de cuchillos, que de cucharas, que de tenedores. ¡¡Pero, de cucharillas!!, ¡¡es un misterio!!. Puede haber en el cajón, setenta mil cucharillas, o ninguna. Por esa regla de tres, puede haber o setenta mil o ninguna, da igual.

Claro está que, si no hay ninguna, te tienes que comer el yogurt con una cuchara sopera, que no luce, porque en tres cucharadas, te lo has acabado. ¿Qué pasa?, que normalmente no hay ninguna cucharilla, ¿por qué?, porque la cucharilla aceptó, que al ser hija de madre soltera, la pobre ha tenido que ponerse a trabajar, ya de muy joven;
  • Como cucharilla de azucarero. Que nota la envidia;
- ¡¡Uy, que vida más dulce, allí todo el rato en el azucarero, rodeado de azúcar!!

- ¡¡De eso nada!!, porque lo que sí es, es la dulcísima amargura de la cuchara que ya no disfruta de la azúcar. Porque es como ese gasolinero que, ya no le hace ilusión el olor a gasolina. El primer día; ¡¡Ummmm!!. Pero cuarenta años allí; ya.... como que no. De hecho, a la pobre cucharilla de azúcar, le sale una costra de azúcar, que primero es blanca, pero luego se va poniendo marrón, y al final la cuchara ya no tiene receptáculo, pierde su capacidad de ser cuchara, porque se queda completamente hecha una bola, más que una cuchara, parece un chupachús.
  • Otra labor de las cucharillas es; - Cucharillas de café.
¡¡Terrible trabajo!!, ¡¡nadie lo valora!!. Porque para ser cucharilla de café, hay que tener una capacidad pulmonar de buceador de perlas. Tú te tomas un café, pero antes, lo remueves con la cucharilla, la cucharilla coge aire; ¡¡aaaammmm!!. Hay gente que la saca, y la pone en el platito, y ya está, pero otras gentes, se les olvida, y se queda la cucharilla allí, azulándose, sin poder respirar, como diciendo;
- ¡¡Sacarme por favor!!, ¡¡sacarme por favor!!.
En un vaso largo, una cucharilla, se la juega. Si sacas la cucharilla de un café, y está fría, es que ya poco va a remover, ahora bien, si está caliente, está viva.
  • Otras cucharillas se dedican al trabajo de la rama bio- sanitaria; la cucharilla del jarabe.
Un día, alguien tiene tos, se compra un jarabe, y la cucharilla emigra del cajón de los cubiertos, a la caja del jarabe, y ya no vuelve a ver a su familia jamás. Bueno sí, la ve un día. Un día que, alguien tiene que machacar una aspirina, y coge dos cucharillas, entonces se abre la puerta del botiquín, y su familia de cucharillas, o sea sus hermanas, la ven, y dicen;
- ¡¡Mira, mira está allí!!, ¡¡está allí!!
Y ella está sola, pegajosa. Entonces ella dice;
- ¡¡Por favor, por favor, no digáis en casa que me habéis visto así, decid que he triunfado en la medicina!!, ¡¡decid que soy una cuchara de negocios!!.
Hay que decir, que todas las restantes, han tenido que emigrar para buscar trabajo;
- Unas se han ido al campo. Un día la gente, se pone una cuchara en la boca con un huevo duro, y empiezan a hacer carreras. Un concurso campestre.
Pero lo más importante es; que la cucharilla sirve para pedir silencio en una boda. Están todos comiendo, coge uno una cucharilla y una copa, y empieza;
- ¡¡Tin, tin, tin!!, ¡¡callad, callad!!, ¡¡tin, tin, tin!!.
Pedir silencio así, no tiene sentido, es como pedir la paz a cañonazos. Bueno, no tiene sentido para nosotros, pero para las cucharas, es la única forma, el único momento, para saber las unas de las otras. Esa cucharilla habla por código Morse, y le cuenta a todas las demás, lo que está haciendo cada una;
- ¡¡Tin, tin, tin!!, ¡¡la cucharilla del jarabe ha triunfado en la medicina!!
- ¡¡Tin, tin, tin!!, ¡¡y la del huevo duro, ha hecho una carrera excelente!!
- ¡¡Tin, tin, tin!!, ¡¡y la del azucarero, le han renovado su trabajo!!

domingo, 13 de diciembre de 2009

LO QUE NO MATA.... ¿ENGORDA?


Existen contradicciones a la hora de comer, que está en boca de todo el mundo, porque hay quien se atreve a decir que; “Lo que no mata, engorda”, y eso es una contradicción;

· ¿Es que existen productos alimenticios, que no engorden?.

Y alguno me dirá;

· ¡¡Sí!!, ¡¡sí existen!!, por ejemplo; el Pan Integral, o la Leche Desnatada Pascual, “que te ayuda a no engordar”.

· Pues yo digo, ¡¡que no!!, porque todo, absolutamente todo, engorda. Ya sé que es muy fuerte, lo que acabo de decir, pero... hay que decirlo claro, por poco que lo pensemos, nos daremos cuenta, que es una verdad como un puño, ¡¡todo engorda!!.

Un jersey por ejemplo, “este jersey me hace gordo, o esta falda me hace gorda” decimos, o sea que, no es que nosotros estemos gordos y panzudos, sino que es la ropa, la que nos engorda.
Y si no nos engorda la ropa, nos engorda el espejo. Muchos espejos, tienen tanta mala intención, que con el sólo hecho de mirarte en ellos, engordas tres o cuatro kilos.

Lo mismo pasa con el aire, cualquiera dirá, el aire... el aire... el aire es un gas, y no tiene calorías, pues aunque sea un gas, también engorda, “ parece que estoy hinchado”, decimos, mientras nos aflojamos un agujero del pantalón, “estos van a ser gases”, ¡¡y es que son gases!!, o sea que, los filetes, ni el tiramisú, ni el kilo de albóndigas, no, no, lo que nos engorda son los gases, que nos ponen un poco de flatulencia.

¿Y el agua, qué?, pues el agua también engorda, sólo hay que fijarse en las ballenas, ¿de qué se alimentan las ballenas?, ¡¡de agua!!, pues fijaos como se ponen, claro es una barbaridad.

Por engordar, engorda hasta la televisión. Con salir por la tele. Tú sales por la tele, y automáticamente engordas cinco kilos. ¡¡Cinco kilos por salir por la tele!!, ¡¡eso si que es engordar!!, entonces, ¿qué es lo que no engorda?, ¡¡NADA!!.

sábado, 12 de diciembre de 2009

CUMPLEAÑOS, ¿FELIZ?


Gusta a los jóvenes, y los mayores lo odian, y no es la programación matinal de los sábados, es... el cumpleaños.

El cumpleaños es una de las fiestas simbólicas más absurdas en mi clasificación de las fiestas simbólicas. Para empezar, ¿qué tienen que ver los globos, con cumplir un año?.

Los globos son lo de menos. Lo que a mí más me llama la atención, son las tartas de cumpleaños.

La gente se la come a la fuerza. En las fiestas de cumpleaños ves un fenómeno paranormal e incluso paradójico, madres sentadas con hijos en su regazo, animándoles para que, engullan esa tarta rosa, marrón, blanca, amarilla y lila que sabe a... plástico. ¡Una cucharada más!. ¡Hasta que no te comas la tarta, no puedes ir a jugar con el globo... y eso será si tu tía te deja!

Hay un momento estelar, y galáctico, cuando se va a sacar una tarta... ¡¡se apagan todas las luces!!. ¿Por qué?. para ver el fuego... alguien debería explicar a los que sacan las tartas, que el fuego no necesita contraste para brillar, brilla por sí mismo.

Y por último, está el momento de tirar de las orejas... que como gracia está bien, pero al final acabas con el lóbulo a ras del suelo. Hay algunos, que han llegado a tropezarse, con su propio lóbulo.

Por eso, yo he decidido no cumplir más años, quedarme como estoy para toda la vida.

viernes, 11 de diciembre de 2009

LOS CONSTIPADOS


Llega el frío y con él los constipados. Los constipados son a Diciembre, como los vasos de los bares para los cleptómanos, hasta que no pillas uno, no te quedas tranquilo.

Porque una persona sana en invierno, no para de pensar: "me voy a constipar, me voy a constipar". Claro, luego se constipa, y ya no piensa.

Hay diversas fases en un constipado:

La primera es cuando sabes que lo vas a pillar. Como si tú fueras "Estados Unidos", y el constipado, un país subdesarrollado con petróleo. Ambos sabéis que tú lo vas a acabar cogiendo... y el país subdesarrollado te va a acabar fastidiando.

Empezamos con un pañuelo, lo gastamos, nos lo metemos en el bolsillo, lo volvemos a usar... cuando ya estás en pleno constipado, ya no lo metes otra vez, lo dejas fuera, en la mesa. "¿Para qué meterlo, si luego lo voy a tener que volver a sacar?", piensas... si toda la humanidad pensara igual, acabaríamos extinguiéndonos.

Y cuando estás mocoso, te suenas una vez, y el liquidillo es tal, que un pañuelo solo te sirve para sonarte dos veces. Gastamos tanto papel, que en vez de personas normales, parecemos periodistas de La Razón.

El momento trágico es, cuando estás en la calle, y no tienes papel... Estornudas... Con mucho énfasis... demasiado énfasis, que se traduce en un rápido y centelleante rayo verde viscoso. ¿Y qué hacer cuando no hay pañuelo?. Hay varios comportamientos. ¿La manga?. Eso lo hacen los guarros.

Los limpios nos pasamos el dedo índice derecho, como si fuera un parabrisas por la zona entre la nariz y la boca... ¿tiene nombre esa zona?. Únicamente si tienes bigote. ¿Y qué hacer con un dedo índice lleno de mocos?. Ese es el momento en la vida de todo ser humano, en el que se aprende de manera práctica que señalar es de mala educación. Los mocos envejecen, y al contrario de los humanos, los mocos se endurecen.

La naturaleza es tan sabia, que nos dotó de un dedo proporcionalmente igual a la fosa nasal, sin ella, todos habríamos muerto ahogados.

lunes, 7 de diciembre de 2009

LOS PIJAMAS


Últimamente los pijamas me quitan el sueño.

El pijama es para mí un océano de dudas. Para empezar, ¿cómo se mete un pijama en casa?. Porque nadie ha dicho nunca:

- ¡¡Huy, esta tarde tengo que comprarme un pijama sin falta...!!.

Pero si la gente no compra pijamas... ¿cómo llegan a las casas?. Pues como los bombones y las flores; se regalan.

Esto hace que renazcan en mí las dudas pijamiles: ¿para qué les ponen botones?, ¡¡que se clavan!!. Creo que si cada uno tuviera que comprarse sus propios pijamas, los harían sin botones. Pero..... como es para otro, nos da igual, que se fastidie. La gente es así. Como es para regalo, da igual que sea molesto.

¿Para qué los bolsillos?. No sólo no metes nada en ellos, sino que, si un día metes algo, lo pierdes para siempre.

La más grande duda sobre los pijamas llega ahora: ¿Cada cuánto hay que echar a lavar un pijama?. ¡¡Eso no lo saben ni las madres!!.

Tampoco entiendo lo del esquijama. ¿Por qué se llama así si nadie va a esquiar con él?. Es como un chándal, pero..... no tan elegante. Está hecho con tela de gamuza de limpiar las gafas, y tiene una goma muy fina en la cintura, que siempre está floja.

Pero las gomas de las muñecas, y de los tobillos, son como grilletes: te cortan la respiración.

Te dicen:

-¡¡Qué moreno estás!!

-¡¡No, es el esquijama, que me aprieta un poco!!

domingo, 6 de diciembre de 2009

LA VEJEZ



La vejez... La vejez es una etapa parecida a la adolescencia, salvo que andas con las manos atrás.
¿Cuándo empieza la vejez?. Muy sencillo. Esta etapa empieza cuando "andar", comienza a ser visto como un deporte. Lo que siempre ha sido un paseíto, ahora es una sesión deportiva.
Luego, todo anciano relata sus hazañas a sus familiares más cercanos:
-Pues he ido de casa al parque, luego he comprado el periódico, y he vuelto.
Puede que el parque esté al lado de tu casa, al igual que el quiosco pero da igual, eres mayor.
Para concluir, hay que respetar a los ancianos, ya que, ellos son el futuro de nuestra vida. ¿Lo pillan?

sábado, 5 de diciembre de 2009

LOS YOGURES



Si hay algo que odio de verdad son, los yogures.

Ya desde pequeño me llevé mal con los lácteos, desde que una vez que me bebí una botella de Norit, pensando que era leche de cordero, ¡¡pero tranquilos!!, que no me tuvieron que hacer lavado de estómago, sólo aclarado.

Pero con los yogures no puedo.
Hace unos años, sólo había de Fresa, de Plátano y Naturales.
Y ya, si te ponías muy estupendo, Natural Azucarado, pero... para un antojo.

Pero ahora hay ciencuentamil distintos, que si Bifidus, que si Omega, que si no sé qué... que algunos hay que comprarlos con receta.
Que parece que si no tomas cada día uno de cada, al día siguiente, te puedes morir.

domingo, 1 de noviembre de 2009

LOS JUEGOS DE MESA


Yo soy un reconocidísimo experto, a nivel mundial, en un tema, que a nadie le importa; los juegos de mesa.

Y así nos va, a punto de terminar una partida a “la oca”, y nadie sabe lo que hay que hacer.

Al final de la oca, la gran duda es, como al aparcar un coche, ¿se llega y ya está, o hay que rebotar, y rebotar, hasta que se entra justo?. Nadie lo sabe, pero hay una frase, que resume las reglas de todos los juegos de mesa del mundo. “¡¡No, es que en mi casa, jugamos así!!”.

Dicho eso, dicho todo, ya te puede pillar la poli, jugando al tres en raya con cocaína, que tú los miras con las pupilas dilatadas, y les dices; “¡¡No, es que en mi casa, jugamos así!!”.

Claro, es que todos estos problemas, vienen porque las reglas de la oca, no están escritas en ningún sitio, se transmiten de boca en boca; son como leyendas milenarias, y dice el cantar; “de puente a puente, y tiro, porque me lleva la corriente”.

Ya, pero luego, en cada casa el cantar es distinto, y a lo mejor estás en casa de un amigo, y caes en una oca, y crees que es; - “¡¡de oca a oca, y tiro porque me toca”...., y te dice tu amigo; - “¡¡No!!, ¡¡de eso nada!!”; “¡¡de pato a pato, tiro yo, y tú, te esperas un rato!!”. “¡¡Es que, en mi casa, jugamos así!!”.

Y en lugar de solucionar este problema, poniendo las reglas detrás del tablero, ponen un parchís.

Yo me indigno, sí, porque hay juegos que son muy peligrosos, los hay que, no se acaban nunca. ¿Conocen a alguna persona, que haya terminado una partida de Monopoly?. Es imposible, si ya lo pone en la caja; “EDAD ACONSEJABLE”; de 9 a 99 años, para que te dé tiempo a terminar la partida.

Otra cosa, que les encanta poner en la caja, es el contenido del juego.

Esta caja contiene; cuatro fichas de colores, un dado, un tablero.... ¿para qué lo ponen?, si además eso sólo es cierto el primer día, sí porque al día siguiente, el cartel tendría que ser más bien; esta caja contiene: un pie de los playmobys, y un botón que hace de ficha verde, el dado cogerlo del parchís...

Y ahí viene una de las más grandes dudas, ¿por qué desaparecen los dados?, ¿dónde se meten?. Yo tengo la teoría de que los dados, son como la llave 10-11, o las tijeras de cocina, que dicen que existen, pero nunca están donde se les necesita.

Y sin embargo, hay cosas, que no las necesitamos para nada, y siempre están ahí; vamos a ver, los 8 y los 9 de la baraja española, ¿para qué los siguen fabricando?. Si son super-molestos, es como si ahora, me empeñara en fabricar chicles con hueso, o con dos huesos.

Y luego, tiramos enseguida a la basura, cosas tan importantes como esa carta blanca, que tiene unas letras minúsculas. Esa carta la tiramos enseguida, claro, luego hay cosas de la baraja que no entendemos, si porque vamos a ver, un caballo, es un caballo, y un rey, es un rey, ¿no?. Todos sabemos lo que son, pues porque los hemos visto en la Zarzuela, o en cualquier otro hipódromo.....

¿Pero qué es una sota?, ¿para qué sirven las sotas?, ¿hubo un tiempo en que vivíamos gobernados por sotas?, ¿se han extinguido ya?. Claro, nadie lo sabe, por eso está esa milenaria tradición, de que cuando se compra una baraja de cartas, lo primero que hacemos es, quitar todas las sotas, y sustituirlas por lonchas de mortadela, ¿no?.

Pues en mi casa, jugamos así.

sábado, 31 de octubre de 2009

AMOR A PRIMERA VISTA


Manolo Palmas era un señor muy mañoso.

Siempre dispuesto a echar una mano a quien se lo pidiera, era considerado un manitas por el vecindario.

Un día, Manolo se encontraba dándole una mano de pintura a una pared, cuando vio cruzar a una chica de esas a las que todos intentan meter mano.

Un hombre bastante desagradable, que estaba en un andamio de una obra, le gritaba cosas que ninguna señorita decente debe escuchar.

Manolo, sintiéndose un héroe al rescate, corrió hacia allá, subió al andamio y, ante la mirada atónita del hombre, le soltó un manotazo que le lanzó de cabeza a una hormigonera.
“Se me ha ido la mano”, pensó. La chica le esperaba tímidamente. Manolo le tendió una mano.

- Me llamo Manolo. Todo el mundo me llama “Mano” porque
soy mexicano.
- Y yo Dédala. Pero como soy tan bajita, me llaman cariñosamente
“Pulgarcita”.
- Perdóneme por ser tan impulsivo, pero pensé que necesitaba
que alguien le echara una mano.
- Está disculpado, al del andamio le faltaban dos dedos de frente.
-¿Puedo invitarla a algo? Hay un café que nos pilla muy a mano.
- Bueno –se sonrojó Dédala– pero no me gusta beber mucho,
si acaso un dedo…

Manolo y Dédala iniciaron un romance corto y decidieron casarse. Faltaba poco para la boda, los días se podían contar con los dedos de una mano. Aunque no querían invitar a mucha gente, alguien había puesto la oreja y la noticia había corrido de boca en boca. Un día Manolo pensó que a lo mejor no tenía mano para las mujeres.

Su amigo Casimiro, consiguió disipar sus dudas. —¡¡Sólo tienes que echarle narices!! –le dijo.
La boda fue preciosa, el jefe de Dédala, el señor Lamelas, fue el encargado de dar el discurso. Tenía una lengua de oro, ese hombre.

Durante toda su vida, a Mano y Pulgarcita les fue todo con buen pie. ¿El final de la historia? Tuvieron un bebé bastante cabezón.

viernes, 30 de octubre de 2009

LOS BOTONES


Hoy quería hablar, acerca de unos pequeños seres que son: los botones.

Los botones, no son buena gente. Un día, de repente, tienes prisa, te tienes que poner la camisa a toda velocidad, y ellos se resbalan, no caben en el ojal. ¡¡No colaboran!!.

El problema de los botones, es que, su vida depende un hilo, y a nosotros nos da igual. Muchas veces pasa. Tú miras un botón, y te das cuenta de que, le sale un hilo. Y sabes, que si tiras de ese hilo, el botón deja de ejercer su profesión. Pero no lo podemos evitar. Tiras del hilito y..... ¡¡piuuuuu....!!, pero bueno, lo coses y ya está.

Hoy en día, perder un botón, no es un problema. Porque, no sé si os habéis fijado; ahora las camisas, traen su fila de botones, y luego, abajo del todo, uno que no tiene donde abrocharse.
Que yo lo cogía y decía: - “¡¡A ver si es que, se me ha caído un ojal!!”.
¡¡Pues no!!, ese botón es como la rueda de repuesto.

Si es que, los botones son unos pesados. Por eso se inventó la cremallera. Bueno, pero las cremalleras; se estropean. De repente, la subes y te pasa una cosa superdesconcertante; se abre por abajo.
O se te atrancan, que es peor.

Te vas a subir la cremallera, y no sube. Y tiras, y no sube. Y dices; “¡¡Ya no tiro más, si no quiere, no quiere!!”.

Y todo esto ocurre, porque no tratamos con el cariño que se merece a los botones, y a las cremalleras. Tratemos con cariño a los botones, y a las cremalleras.

A las cremalleras, porque se estropean, y a los botones, porque dependen de un hilo.

lunes, 12 de octubre de 2009

LAS FLORES


Si un señor se enamora de una señora, corta flores. Imaginaos que un geranio se enamora de una gerania, y como símbolo del amor, llega el geranio y le corta la cabeza a un ser humano. Pues le cogeríamos rabia al amor.

Para las flores, el Día de los Enamorados es una carnicería, es la Matanza del Día de San Valentín.
Y cuando un señor duda, las flores se cagan: “¡¡Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere...!!”. Es la tortura más cruel, que he visto en mi vida.

Imaginad a un gladiolo, que no sabe si su amada gladiola, le quiere... Y coge a un señor, y le va arrancando los brazos, las piernas, las orejas.... Somos unos cobardes, ¡¡que sólo nos atrevemos con las margaritas!!, ¡¡que son las flores más débiles!!. ¿Por qué no deshojamos un cactus, o una planta carnívora?.

¡¡Qué mito son las plantas carnívoras!!. No entiendo por qué nos fascinan tanto. Lo normal es que, una planta coma carne, ¿no?. No va a ser vegetariana: ¡¡eso sería canibalismo!!.

Es justo que las flores odien el amor. Por eso las rosas tienen espinas, es la única manera que tienen de vengarse de nosotros. Ésa, y costando doce mil el ramo.

domingo, 11 de octubre de 2009

COSAS QUE NOS FASCINAN DE PEQUEÑOS


Hay cosas que nos fascinan cuando somos pequeños, pero que, los mayores no nos dejan hacer.

Tocar el mercurio de los termómetros, meternos en el agua hasta que se nos arruguen los dedos, mirar a las excavadoras, o a un señor que está soldando un metal.

O morder cosas, como, por ejemplo, las casitas del Monopoly. Es algo que no se puede evitar. Cuando eres niño, no necesitas los sabores, te los imaginas. El hotel, como es rojo, es de fresa, y la casa, que es verde, es de menta.

Otra cosa que nos encanta, es tirarnos por el suelo. Vas a los sitios reptando y soltando mucosidad, dejando un hilito, un caminito de baba. Si desarrolláramos caparazones, seríamos caracoles. Aunque, la verdad, ¿para qué queremos llevar una casa a la espalda?. ¡¡Si podemos llevar las del Monopoly en la boca!!.

Otra cosa que nos fascina, cuando somos pequeños, es bañarnos hasta que se nos arruguen los dedos. En la bañera, en la piscina, en la playa... la cosa es arrugarse. Y los mayores, una vez más, no lo entienden. Las madres hacen una cosa terrorífica para sacarnos del agua, que es contar hasta tres: “¡¡Una....!!”, “¡¡Dos....!!”, “¡¡Dos y....!!”, y ahí hacen una pausa tan dramática, que dejas de hacer lo que estás haciendo.

Lo curioso es que, es una amenaza abstracta. No es concreta, ignoramos lo que pasaría si llegasen a tres.

La cuenta es tan terrorífica, que aún no se ha dado el caso.

Llega un día, en que todo eso, deja de gustarnos. Arrugarnos en la playa, ir por la calle dando patadas a una lata, jugar con el mercurio de los termómetros... El día en que deja de gustarnos, es el día en que nos hacemos mayores. Y el día en que se lo prohibimos a hacer a un niño, es el día en que morimos. Metafóricamente hablando, claro.

sábado, 10 de octubre de 2009

LAS MENTIRAS


Entre las cosas extrañas, que hacemos los seres humanos, es nuestra extraordinaria capacidad para decir mentiras, sin querer. Es una capacidad rara. No hablo de mentir, hablo de mentir sin parar, creyendo que decimos la verdad.

Por ejemplo; tú estás charlando y alguien, de repente, afirma: “¡¡Si es que, los perros, son más inteligentes que las personas!!”. ¿Cómo que los perros son más inteligentes que las personas?. ¡¡Pero qué mentira más grande!!. Dile a un perro, que se conecte a Internet, ¡¡a ver si sabe!!.

Los perros, como mucho, te dan la pata o te traen una pelota. Lo que pasa es que, son cariñosos, pero eso es otra cosa.

Otra mentira, que decimos, creyendo que decimos la verdad: “¡¡Si no cambias de colchón cada diez años, no tienes colchón!!”. ¿Cómo que no?. Yo tengo uno, desde hace once años, y ahí está. Duermo en él, y es mi colchón.

Es que hablamos sin pensar, y decimos cosas como: “¡¡Te lo digo con el corazón en la mano!!”. ¡¡Mentira!!. Eso sólo te lo puede decir, un cirujano, en medio de una operación a vida o muerte.

Hay una gran mentira, que decimos mucho, porque tiene un gran poder de convicción. En la situación que sea, tú sueltas: “¡¡Es que, me lo ha dicho un pajarito!!”. Y la gente no dice nada al respecto. Pero con lo del pajarito, la gente se queda como más conforme, como diciendo: “¡¡Pues si se lo ha dicho el pajarito ese, pues ya está!!”

viernes, 9 de octubre de 2009

ENTREVISTA CON UN MACHO DE MANTIS RELIGIOSA


- ¡¡Buenas tardes!!

- ¡¡Cierre esa puerta!!, ¿le han seguido?

- No creo. Oiga, los gorilas de la entrada, ¿quiénes son?

- Agentes federales del programa de Protección de Testigos. Me protegen

- ¿De qué?

- ¡¡Dios!!. ¡¡De ella!!. De Mariloli

- ¿Mariloli?

- ¡¡Mi señora!!

- Disculpe, pero no le sigo

- ¿No se entera?. ¡¡Me quiere comer!!

- No exagere. Don Marcelino

- Llámame Marce. Es como me llaman los amigos

- ¡¡Quite, quite!!. A ver, eso de que le quiere comer su mujer...

- ¡¡Empezando por la cabeza!!

- ¡¡Pero bueno, eso también me lo dijo la mía el otro día, y me lo tomé bien!!

- ¡¡Ah!!. ¿Su mujer es una mantis religiosa?

- Bueno, ella.... a su manera. No va mucho a misa.... Yo voy por los dos

- ¿De qué puñetas habla?. ¡¡Que si es una insecto de mantodea, de la familia Mantidae!!

- ¿Mantidae?.... no. Martínez de primero. El apellido de su madre es Troquera.

- ¡¡Ay, Dios!!

- ¿Reza usted?

- ¡¡Hijo!!, ¿sabe usted algo de las mantis?

- Que me gustin, porqui dan calorciti, cuando tengui frií

domingo, 27 de septiembre de 2009

LOS LIBROS


¿Por qué los libros, tienen una hoja en blanco al principio, que no vale para nada?. En fin... libros.

Los libros no son lo que son, sino lo que hacen que nosotros seamos. Los libros calan en nuestra mente, casi tanto, como cuando nosotros, calamos de saliva, la parte inferior derecha de las páginas, ¿por qué nos chupamos el dedo, para pasar una página?, ¿nos chupamos los ojos antes de ver una película? Puede que alguien sí, pero no todos.

Ahora la gente que lee, es culta. Antes leer, era algo trivial... ¿serán las revistas de corazón, lo siguiente que dé cancha, a los círculos eruditos y selectos?. Me imagino al futuro escritor de novelas policiacas, relatando la vida de un sombrío paparazzi, que tendrá que descubrir, quién ha desmantelado su exclusiva...

El otro día le pregunté a un amigo mío, qué era lo último que había leído, él me contestó que si valían las señales de tráfico, yo le dije que no, y entonces él me dijo que "Así habló Zarathrusta" de Fiedrich Nietzsche, pero que le había gustado más la señal de STOP.

Hay una cosa cierta, en las casas hay, hubo y habrá siempre un libro que no nos hemos leído, que o bien, viene de una colección de grandes clásicos de "El País", o bien, porque te lo han regalado para tu cumpleaños, y la persona no se ha molestado mucho en adivinar tus gustos literarios, más bien te ha regalado Harry Potter, que es como comprar un paragüas negro, a nadie le apasiona, pero todo el mundo tiene uno.

sábado, 26 de septiembre de 2009

LA QUINIELA


Érase una vez un hombre, llamado Ataulfo, al que le hacía ilusión hacerse rico.

Todos los días, iba al banco a ver si su cuenta había aumentado.

Luego, volvía a su casa con los bolsillos vacíos, y un folleto de un plan de pensiones. Ataulfo decidió, que la forma más rápida de ganar dinero, era jugárselo. Así que, apostó sus cuartos a la ruleta, sus tercios al póker, y sus medias a la Primitiva. Lo perdió todo.

Caminando con tristeza por la calle (o sea, arrastrando los pies, porque si se va dando saltos, no parece que estés muy triste), Ataulfo vio un cartel: “Quiniela. Se dará un gran bote, al que acierte el pleno al quince”. ¡Un gran bote! -pensó-. Bueno, no seré rico pero... ¡podré navegar!.

Entró en el establecimiento de Loterías, y pidió un boleto.

-¿Cómo se rellena esto? -preguntó.

-Tiene que anotar en cada columna, el resultado que crea más probable. -dijo el vendedor.

Ataulfo corrió a su casa, y cogió un lápiz. Y se dispuso a rellenar la primera columna.

Leyó: “uno por dos”.

-¡¡Dos!! -gritó a pleno pulmón.

Leyó la siguiente: “uno por dos”.

- ¡¡Dos!! -rió.

Y así, una a una fue rellenando las columnas. ¿Cómo sabría si había ganado?. Volvió a ver al lotero, y éste le explicó, que lo sabría con cada partido de fútbol. Así que, cada vez que había uno, Ataulfo iba a preguntarle el resultado.

-Pues ha ganado el Valladolid- decía tranquilamente.

-¡Y a mí qué!. Yo quiero saber el resultado. Se enfadaba Ataulfo.

- ¡¡Dos!! -suspiraba el lotero.

Y así, partido tras partido, Ataulfo, inexplicablemente, fue acertando. Sólo le quedaba saber un resultado. Ese día, el despacho del lotero estaba cerrado. Vió una peluquería abierta, y entró a preguntar.

-No han marcado. Empate a cero -contestó el peluquero- ¿cómo lo quiere?.

Ataulfo no pudo oírle. Sufría un shock.
Se derrumbó en una silla susurrando: “a cero, a cero”.

El peluquero encendió la máquina.

Moraleja: Ni tanto, ni tan calvo.

viernes, 25 de septiembre de 2009

¿POR QUÉ SOMOS TAN MONOS?


Científicos de Estados Unidos, proponen por primera vez, incluir al chimpancé, dentro del género humano.

Según los científicos, el hombre comparte el 99´4 por ciento de sus genes. O sea, que sólo nos diferenciamos de los monos en un 0´6 por ciento.

Somos monos, pero no lo queremos reconocer.

Una prueba de que somos monos es que, en cuanto podemos, nos subimos a un árbol. Que hacen la cabalgata de Reyes, a subirse a un árbol. Que hacen un concierto al aire libre, a subirse a un árbol. Que gana nuestro equipo la liga, nos subimos a un árbol.

¿Y para qué nos subimos?. Para hacer: “¡¡Yeeeeeee!!”, y siempre hay uno que desde abajo, te mira y te contesta: “¡¡Yeeeeeee!!”. Bueno, y cuando vamos al campo, ya ni te cuento. Cuanto más alto nos subimos, más contentos nos ponemos. ¿Y que hacemos cuando estamos arriba?: “¡¡Yeeeeeee!!”. ¿Y por qué?, ¿A caso tu equipo ha ganado la liga?. ¡¡No!!: es que eres un mono.

Otra cosa que demuestra que somos monos, es nuestra afición a rascarnos. Pero es que, nos rascamos sin que nos pique. Por ejemplo, cuando estamos pensando en algo, y no se nos ocurre nada, ¿qué hacemos?. Nos rascamos la cabeza. Y, sin embargo, cuando algo nos pica, no nos rascamos, porque siempre hay alguien que te dice: “¡¡No te rasques, que es peor!!”.

¿Y cuando se nos estropea un aparato de la casa?. ¿Qué hacemos?. ¿Pensar?. ¡¡No!!. Empezamos a darle golpes. “¡¡Este cacharro...!!”, “¡¡Ah, ah, ah, uh, uh,!!”.

¿Y sabéis, quién sabe esto, sin necesidad de estudios científicos, ni nada?. Las madres. Por eso, no paran de decirle a los hijos: “¡¡Ponte recto!!”, “¡¡Ponte recto!!”.
Porque saben que, en realidad, somos monos y lo quieren ocultar.

Esto, a los monos, les debe de pasar al revés. La madre mona, le suele decir a los monitos: “¡¡Ponte curvo!!”, “¡¡Ponte curvo!!”.

Si es que, lo mires como lo mires, somos monos: ¿Cuál es el juego que más triunfa en los parques?. El columpio de neumático. El mismo que les gusta a los monos en el zoológico.

¿Y qué pasa cuando empezamos a comer cacahuetes o pipas?. Que no podemos parar, como los monos. ¿Y qué se ponen los mecánicos?. El mono. ¿Y qué pasa cuando llevas mucho tiempo sin fumar?. Que tienes el mono. ¿Y qué le dices a alguien cuando está muy guapo?. Que está muy mono.

Sólo tengo una duda; si un mono con un mono tiene el mono... ¿ese mono es mono?

jueves, 24 de septiembre de 2009

COSAS QUE A TODOS NOS PARECEN COTIDIANAS, PERO QUE REALMENTE, NO OCURREN JAMÁS


Éste es un tema que incoa el intelecto, alicata la razón y amilana el sosiego. Un tema indignante, vamos. Es irritante, que haya cosas que, a todos nos parezcan cotidianas, pero que realmente nunca ocurren.

Por ejemplo, el ser humano cree, que si pisa una cáscara de plátano, resbala. Y eso no es cierto; la gente resbala en cualquier momento, no necesita la cáscara de plátano.

O lo de los borrachos. ¿Quién se ha inventado que los borrachos tienen hipo, y dicen; “¡¡Hip, hip, hip!!!”?. ¿Alguien ha visto alguna vez, un borracho con hipo, o viendo doble?. ¿Quién se ha inventado eso de que, se ve doble?.

Tampoco pasa, que cuando alguien disimula, se pone a silbar. Eso es absurdo. ¿A silbar?. Si silbas, se te oye, llamas la atención; es como decir: “¡¡Eh, fui yo, al que se le escapó el pedo!!”.

¿Y quién se ha sacado de la manga, que los ladrones llevan antifaz?. Los pobres cacos lo ven por la tele, creen que es imprescindible el antifaz, se lo ponen, entran en el banco, y dicen: - ¡¡Arriba las manos!!. ¡¡Queremos las bolsas que tienen el símbolo del dólar dibujado!!.

Y los meten en la cárcel. ¿Y la desilusión que se lleva el pobre ladrón, cuando no le dan un traje a rayas blancas y negras?. ¿De dónde se han sacado eso, de que los presos van disfrazados de paso de cebra?.

Otra cosa que no existe, aunque salga en las películas, es el gorro de dormir, ese gorro con pompón. ¿Para qué sirve el pompón?. A mí me lo preguntaron una vez, y como no lo sabía, me puse a silbar para disimular.

Tampoco existen las arenas movedizas, un suelo que se traga a las personas, las cosas, los elefantes... Eso no puede existir, tú te pones a echar, a echar, a echar... y llegará un momento en que, no quepa más, ¿no?.

Tampoco son tan frecuentes, como nos pensamos, la señora subida en una silla, porque ha visto un ratón, el loco con un embudo, o el señor cazando mariposas con un cazamariposas.... Todos sabemos, que los cazamariposas son, para cazar las hojas de la piscina.

El mundo está lleno de cosas, que creemos que existen, pero en realidad, no.

Se llama imaginación.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

LAS ACEITUNAS


Las aceitunas son unos de los seres, más enigmáticos y sufridos del Sistema Solar. ¿Qué tipo de comida son?. ¿Son una fruta?. ¿Una verdura?. ¿Una leguminosa?. ¿Un aperitivo salado?.

Para ser una fruta, son demasiado pequeñas... Para ser verduras, son demasiado ricas... Y para ser un fruto seco, están bastante húmedas.

Ésa es una de las principales características de las aceitunas: sudar.
Las aceitunas brillan como los ombligos de los culturistas, o como la frente de los churreros.

El brillo de las aceitunas, tiene un lado oscuro, porque las ves en su platito, y te preguntas: “¿Por qué sudan, si no hacen nada?”.

Hay un vacío periodístico: nunca se publican noticias sobre aceitunas. ¿Alguna vez habéis visto una aceituna en primera plana de un periódico?. ¡¡No!!. ¿Por qué?. Porque hay un boicot. En la literatura, igual. En los libros de protocolo y buenas maneras se ha ninguneado a la aceituna de manera atroz. Y, luego, uno se va a comer con los duques de Medina- Sidonia y la Casa de Alba, te ponen aceitunas de primero, y nadie sabe qué hay que hacer.

Al principio no te das cuenta, te llevas una aceituna a la boca, y cuando te topas con el hueso dices: “¿Y ahora qué hago?”. “¡¡No voy a escupirlo, un hueso de aceituna chupado, es una cosa muy fea!!”.

Entonces se te pasa por la cabeza, una idea muy inteligente: “¡¡Voy a chuparlo hasta que se disuelva!!”. Pero claro, los huesos no se disuelven, si no, no tendríamos paladar, encías ni dientes. ¡¡Y es una tensión!!.

Si te metes otra aceituna, hay que tener cuidado con lo que tragas. Y todos hacemos lo mismo, vamos almacenando huesecillos en la encía, debajo de la lengua, para poder hablar.

Es tanto estrés, que yo creo, que lo mejor sería echarlos al suelo. Así, al pisarlos, te masajean las plantas de los pies, y se relaja la tensión del momento.

Pero claro, hay tanto oscurantismo literario y periodístico, que nadie sabe nada. ¡¡Nada!!. Y por eso, el mundo de las aceitunas, está lleno de dudas. Por ejemplo: ¿lo vendedores de aceite para coches tuneados, se llaman “aceituneros”?.

Eso, nunca lo sabremos.

martes, 22 de septiembre de 2009

LOS GOLPES TONTOS


Hoy voy a escribir, sobre un tema muy serio, que lo más seguro es, que lleve a la extinción a la raza humana: los golpes tontos.

Por ejemplo, en la cocina. Estás buscando una cacerola, y abres un armarito... ahí no está. Pero la puerta del armarito, se queda abierta. Te agachas, abres uno de los armaritos de abajo, coges la cacerola, te levantas y ¡¡zas!!.

Notas que la esquina, te pela el cuero cabelludo. La notas... Y lo más impresionante es que, si alguien está cerca, también lo nota.

Todos los que te están mirando, cierran los ojos, como diciendo: “¡¡Ay, ay, ay, ay!!”. Y tú dices: “¡¡Joooo..., que me he dado yo!!”. “¡¡No me quitéis protagonismo!!”.

Los golpes tontos, nos los damos en todo el cuerpo: ¿Quién no se ha levantado alguna vez, en medio de la noche, a por un vaso de agua?. Está todo oscuro, vas descalzo, y le pegas un patadón a la pata de la mesa, con la punta del meñique.

No hay consuelo para ti. Porque no puedes gritar. ¡¡Como es de noche!!. Entonces pones caras. Sabes que ahí, hay treinta segundos de dolor intenso, que no te los quita nadie. No es como cuando te das con la puerta del armarito de la cocina, que como hay gente delante a la que le duele, pues a ti te toca menos dolor.

¡¡No!!. Aquí es todo el dolor, para ti solito. No hay nadie. Te tiras al suelo, te agarras el pie, bailas... Dices: “¡¡Ya que nadie me ve, al menos voy a hacer un poco el tonto!!”.

¿Quién no se ha dejado caer alguna vez, sobre un mullido sofá?. Pero sin hacer bien el cálculo. Y donde crees que te vas a encontrar blando cojín... hay duro apoya brazos.

Otra manera de automutilarnos es, comer pizzas de microondas. Es inevitable: tú ya lo sabes. La acabas de sacar del microondas, y echa humo. Sabes que te vas a quemar. Pero es inevitable. Siempre nos quemamos con el primer mordisco de la pizza de microondas.

Pero no es una quemadura de: “¡¡Huy, huy, me quemo!!”. Y ya está. No. La pizza de microondas te derrite el paladar. Te lo despelleja. Lo único que te queda medio sano es la lengua. Pero tampoco. Porque luego te la muerdes. Uno está tranquilamente comiendo, y, de repente: “¡¡ñaca!!”. Y notas cómo te late la lengua.

En definitiva: ¡¡a ver si tenemos un poquito más cuidado!!.

lunes, 21 de septiembre de 2009

LAS MÁQUINAS TRAGAPERRAS


Las máquinas tragaperras, son seres indescifrables.

Son una especie de mueble misterioso, que hay en los bares, con un montón de lucecitas, como si fuera un cruce, entre una nevera y un árbol de Navidad.
Es como una nevera tuneada.

Está en un rincón, en el ángulo oscuro, y, de repente, cuando a ella le apetece, sin que nadie se lo pida, hace; “¡¡Tiru, tiru, tirurí, tiru, tiru, tirurí, tirurí, titití!!”. Y se calla. Es un misterio. Pero un misterio de fascinante índole.

¿Dónde están las reglas escritas?. Para empezar, hay una especie de ruedecilla con frutas, y hay que conseguir que coincidan. Vale, eso es como el “tres en raya”, pero con frutas. Pero, ¿qué azarosa ley rige qué fruta vale más?. ¿Por qué la piña es una fruta, más valiosa que la sandía, o que las fresas?. Digo yo, que dependerá de si las fresas son de invernadero, o si la fruta morada que sale, está en temporada o no.

Las tragaperras son útiles, dan un servicio a la sociedad, aunque estén apagadas. Por la noche sirven de posavasos, y de perchero para poner los abrigos. También son uno de los negocios más rentables que hay.

Yo desaconsejo jugar, porque puede ser peligroso.
Tienes un problema, cuando alguien te dice:

- ¡¡Oye, deja de jugar, que te vas a hacer ludópata!!

- ¿Ludópata yo?. ¿Qué te apuestas a que no?

viernes, 18 de septiembre de 2009

jueves, 17 de septiembre de 2009

LAS CAJAS FUERTES


No se acaba de entender las cajas fuertes. Es como decir a los ladrones; “¡¡Aquí, aquí es donde está todo lo que estáis buscando!!”. “¡¡Os va a costar abrirla, pero todo lo que hay aquí dentro, vale la pena!!”.

Además, una caja fuerte buena, cuesta una burrada. Son carísimas. Hay que tener mucho dinero. Hay un momento en el que, uno es rico, pero si compra la caja fuerte, deja de serlo. Y se dan casos de gente, que tiene una caja fuerte, pero no tienen nada que guardar en ella.

Las cajas fuertes llenas de dinero, son un lujo, que sólo se las pueden permitir los muy ricos. Las cajas fuertes buenas, son tan valiosas, que si te la rompen, te hacen una faena:

- ¡¡Oye, que han entrado a robar, y se han llevado las joyas, el dinero y la colección de relojes de oro!!
- Bueno, pero ¿le ha pasado algo a la caja fuerte?

Lo peor es, cuando uno se mete en la espiral terrible de la caja fuerte. Este fenómeno se da, cuando uno se compra una caja fuerte tan cara, que la tiene que guardar dentro de otra caja fuerte, y claro, como ésa es más grande, es aún más cara, y compra otra mayor, y otra, y otra, y al final, uno explota.

Si pierdes la llave de una caja fuerte, ¿a quién hay que llamar?, ¿a un cerrajero o a un médico?. Porque en todas las películas, se ve, que cuando los malos quieren abrir una caja fuerte, utilizan un fonendoscopio.

Sean caras o baratas, las cajas fuertes son tan absurdas, que sólo sirven para una cosa: para la última viñeta de los tebeos de Mortadelo y Filemón. Siempre terminan con Filemón, tirándole una caja fuerte, a la cabeza a Mortadelo.

Eso sí que es un uso digno de la caja fuerte, y eso sí que es un punto final. Y para puntos finales. Éste.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

LOS LÁPICES


En los lápices, se ve claramente qué tipo de personas somos.

Los lápices dicen mucho de las personas; “Dime cómo muerdes el lápiz, y te diré quién eres”.

Imaginemos el lápiz clásico, el modelo Abeja Maya, negro y amarillo. Bueno, pues están los que roen la tapita de arriba, que es roja, y dejan el lápiz como con una calva rara. Eso quiere decir, que vas a ser un tío metódico, ingeniero o arquitecto.

Por cierto, esa tapita sabe a rayos, se te atraganta, mancha los dientes, y estropea el lápiz, pero no podemos evitar morderla.

Luego están, los que muerden los lápices de lado, hasta que lo parten por la mitad, y se ve entera la tripa del lápiz. Si eres de los que dejan esta tripa negra al aire, quiere decir, que de mayor vas a ser forense.

Y después está, el lápiz azul, que tiene una zona reservada, para escribir el nombre. Pone “NAME”. ¿Para qué se molestan?. No hay ni una sola persona en la historia de los lápices, que haya puesto ahí su nombre. Es absurdo, ¡¡si te lo vas a comer!!. Es como poner tu nombre, en una mandarina.

Accesorio indispensable para el mantenimiento del lápiz, es el sacapuntas. Un sacapuntas, es como un coche: como te salga malo, va a estar dándote problemas desde el principio hasta el final. Estás afilando y se rompe, vuelves a empezar, se rompe otra vez... Pero, de repente, te pones y no se rompe. Y sigues dándole vueltas al lápiz y no se rompe, no se rompe.... pero tampoco afila. Resulta que se ha quedado un trocito de mina encasquillado, y no se puede hacer nada.

Raras veces cae un buen sacapuntas, en nuestras manos. Uno de esos, que te saca la loncha de madera entera. Como un abanico.

Los lápices dicen mucho de las personas, y aunque no se puedan afilar, dime cómo muerdes tu lápiz, y te diré quién eres.

martes, 15 de septiembre de 2009

LAS MOCHILAS


Existen unos pequeños seres, que han hecho muchísimo por nosotros, y a los que, siempre les hemos dado la espalda: las mochilas.

Todo el mundo sabe, que las mochilas se inventaron, para que los niños, al salir del colegio, no se los lleve el viento. Como los niños pesan poco, y tienen una imaginación eólica, o los lastras con Matemáticas y Física, o al salir del cole, se vuelan.

En los años escolares, la mochila es la vida, y hay que personalizarla. Los niños ponen chapas, pines, y los más ingenuos, pegatinas. Las niñas ponen peluches. Son los albores del tuning.

Luego uno se hace grande, y ya no tiene que llevar mochila. A no ser, que te hagas paracaidista, o cazafantasma. Cuando veo a esos tíos que viajan por Europa, con una mochila del tamaño de una cabina telefónica, me pregunto.... ¿qué llevan ahí dentro?.

Creo que el verdadero viajero, va dentro de la mochila, y el que la lleva a la espalda, es el chófer.

lunes, 14 de septiembre de 2009

LOS CHARCOS


Los charcos, son unos de los seres, más pisoteados de la Historia.

Desde que somos pequeños, nuestra obsesión principal es meternos en los charcos. Y por supuesto, la obsesión de nuestras madres, es que no nos metamos.
La frase es; “¿Qué te he dicho de meterte en los charcos?”.

Y por el tono, te imaginas que, lo que te ha dicho, será que no te metas. Es impresionante, las madres siempre llevando la contraria de lo que dicen los hijos. No aprenden nunca. Pero bueno, ya crecerán.

Sabemos muy poco sobre charcos. Porque para conocer una cosa, hay que meterse en ella, como un museo, o la casa de un amigo.
Normalmente, las madre dicen; “¡¡Si te vas a meter en los charcos, ponte katiuskas!!”.
Menos las madres de Venecia, que dicen; “¡¡Si te vas a meter en los charcos, ponte flotador!!”.

La Katiuska, se inventó para poder meternos en los charcos. ¿Habéis visto la huella que dejaron los americanos en la Luna?, pues eso es, una huella de Katiuska. Yo creo, que se las llevaron por si había charcos. Como tenían a las madres lejos, no podían decirles nada.

El hombre, con tal de meterse en un charco, es capaz de ir a la Luna o a Marte, para ver si hay agua. Me he dado cuenta, de que la Katiuska sirve de poco. Le pones al pie, un armazón de plástico, con forma de bota, para que no entre ni una gota de agua, pero dentro, el pie no transpira, suda.... y crea su propio charco. Luego, las carnes se reblandecen, la Katiuska se come al calcetín, y pasa lo que pasa, te pelas la espinilla, y se te ve el hueso.

Llegas a casa dolorido, con el hueso al aire, los pies empapados en sudor, y oyes a tu madre; “¡¡Qué te he dicho de meterte en los charcos!!”.

Hay varios tipos de charco:

- El charco normal, el de toda la vida.
- El charco normal, pero profundo.
- El charco casero; es el más terrible. Son unos charcos que no pisamos, me refiero a los que, salen dentro de casa. Cuando hay un charco debajo de la lavadora, o debajo de la nevera, te mueres.

Los charcos son como las mascotas, es una pena tenerlos en casa, están mejor al aire libre.

Además los charcos tienen una vida muy corta, porque son de piel fina y sensible, y el Sol les sienta fatal.

Así que, cuando volváis a ver un charco, miradlo a los ojos. Dejaos hipnotizar por su belleza. Pero mucho cuidado, que no pase un coche, y os empape.

domingo, 13 de septiembre de 2009

LA PUNTUALIDAD


Hay un pequeño concepto, que estoy tardando en tocar; la puntualidad.

En España, la puntualidad está mal vista.
Si llegas el primero a una fiesta, pareces un pringado.

La gente importante nunca es puntual. Por ejemplo, los médicos.

Para empezar tienen un sitio que se llama; “sala de espera”. Ya se da por supuesto, que él, va a llegar tarde. Y cuando por fin te llama, entras en la consulta, y el médico en persona te dice; “Siéntese ahí, y espere”. Y él se mete en un despachito. No sé que tiene que hacer en ese despachito. Pero.... ¿no lo podría haber hecho, mientras yo estaba en la sala de espera?. Pues no, es un tío importante, es un médico, si quiere, no te opera y te mueres.

La gente importante tiene que hacerse esperar, como los mejores melones. Y hay gente todavía más importante que los médicos; los fontaneros.

Los fontaneros tienen un concepto impío de las esperas. Te dicen:

- Ya si eso, me paso el martes
- ¿El martes?, ¿de qué mes?

Eso no lo puede hacer todo el mundo:

- Señor jefe, ya si eso le entrego el informe el martes.

O el quiosquero:

- Ya si eso, el periódico de hoy, se lo traigo el martes.

En resumidas cuentas; que cuando uno espera, el tiempo pasa más lento.

sábado, 12 de septiembre de 2009

viernes, 11 de septiembre de 2009

LAS ARMAS


Las armas definen perfectamente, en qué punto se encuentra la inteligencia humana.

Somos suficientemente inteligentes como para fabricar armas, pero no tanto, como para usarlas.

La capacidad de fabricar armas, es precisamente, lo que diferencia a los hombres de los animales salvajes.

¿Qué hubiera pasado, si el hombre no hubiera inventado las armas?. Pues nada, porque no las inventó el hombre, las inventó Dios. Estaban Adán y Eva en el paraíso, sin inventar armas ni nada, comiendo manzanas, por hacer algo original, y va Dios, y manda un ángel con una espada de fuego. Los pobres Adán y Eva, no tenían ni idea de lo que era aquello.

- ¿Qué es eso, Eva?
- ¡¡Es un arma!!
- Ya, pero... ¿es un arma blanca, o un arma de fuego?

Y, claro, Adán y Eva, que querían ser como Dios, empezaron a hacer armas.

Las primeras armas que inventaron, eran muy burdas. Y, claro, costaba mucho matarse. Al final lo conseguían, pero las guerras duraban una barbaridad: la guerra de los Cien Años:

- ¡¡Mamá, que me voy a la guerra de los Cien Años!!
- ¡¡Vale, pero si vas a tardar más, llama; que si no, ya sabes que no me duermo tranquila!!

Eso, si tu familia era benevolente, porque en otras casas pasaba esto:

- ¡¡Mamá, que me voy a la guerra de los Cien Años!!
- ¿Cien Años?. De eso nada. ¡¡Tú, a los noventa, en casa!!
- Jo... ¡¡A todos mis amigos les dejan hasta los cien...!!

Para estos casos, las madres tienen un argumento que les encanta:

- ¿Qué pasa?. ¿Qué si todos tus amigos, se tiran por un barranco, tú también te tiras?

Yo creo, que ese argumento, ya no debería de valer.

En aquella época, las armas eran casi todas de pinchar: espadas, sables, puñales... Y, claro, los seres humanos, cuando mataban a un semejante, lo tenían delante. Le miraban a los ojos, y no podían evitar dentro de su corazón, un sentimiento raro que no les gustaba.

Entonces, los seres humanos, que cada vez eran más inteligentes, inventaron unas cosas para matar desde lejos: los cañones. Y luego salió la versión de bolsillo: las pistolas.

Las lanzas, las bolas de cañón, las pistolas... No son malos inventos, el problema es que, no los usamos con inteligencia. Si os fijáis, las lanzas, las bolas de hierro, las mazas o las pistolas, se utilizan en las Olimpiadas, y no le hacen mal a nadie.

El hombre sigue haciéndose inteligente, y todavía no se ha dado cuenta, de que, todo lo que ha intentado solucionar con armas, no queda solucionado del todo. Queda.... así, así.

Al fin y al cabo, nadie sabría responder a esta duda existencial; las armas para qué se inventaron, ¿para atacar, o para defenderse?.

jueves, 10 de septiembre de 2009

LAS CAMAS


Unos de los seres más importantes, para entender nuestro paso efímero por la vida son; las camas.

¿Qué es una cama?, se pregunta la gente que no sabe que es una cama. Para el ojo inexperto, una cama no es más, que ese animal cuadrúpedo, cubierto con una colcha, que hay en los dormitorios, y que sirve para darse un golpe, en el dedo meñique del pie, cuando estamos descalzos.

Pero una cama, no sólo sirve para eso. La cama tiene un fin mucho más notable; guardar las pelusas de polvo.

¿Y qué son las pelusas?, se pregunta la gente que no sabe qué son las pelusas. Las pelusas son la vida que pasa. Cuando dormimos, las camas absorben nuestro cansancio, y lo expulsan por abajo, convertido en pelusas.

Por eso, debajo de las cunas, hay tan pocas pelusas, porque los bebés no descansan en las cunas. Gritan, lloran, dan patadas..., pero el cansancio no lo sueltan, se lo quedan ellos. Y luego, se duermen por ahí, encima de cualquier cosa. Por ejemplo, encima de una abuela.... Si os fijáis, las abuelas tienen el cutis lleno de pelusilla, porque se les duermen encima los nietos.

Las pelusas son las escamas de piel, los pelitos... la vida que se nos cae, a lo largo de un día. Si nos barriéramos, al final de una vida, podríamos reconstruir nuestro cuerpo otra vez, y ser inmortales.
Es bonito. Una cochinada, pero bonito.

Nacemos en una cama, y morimos en una cama. Y cuando morimos, dicen que descansamos en paz, pero el que realmente descansa, es nuestro colchón, que por fin se jubila, y no tiene que hacer más pelusas.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

LOS BOLSILLOS


Los bolsillos, como todo el mundo sabe, son lo único que nos diferencia de los animales... excepto de los canguros. El problema es que, a ellos no les sirven de nada, porque, como se pasan el día dando saltos, y no tienen cremallera, lo pierden todo.

Los bolsillos, son uno de los lujos del primer mundo, y del estado del bienestar. Están tan de moda, que hay una especie de obsesión por hacer cosas de bolsillo. Sin embargo, principal característica de las cosas de bolsillo, es no caber en un bolsillo. ¿En qué bolsillos, cabe un libro de bolsillo?.

El problema es que, se piensa que los bolsillos son para guardar cosas, y en realidad son para perderlas. Metes unas monedas, y en cuanto te sientas en un coche, se fugan. Y las llaves van cavando un túnel. Está claro que a las cosas, no les gusta estar en los bolsillos, porque se escapan.

La pregunta sin resolver, es si los bolsillos, son realmente necesarios.

martes, 8 de septiembre de 2009

domingo, 6 de septiembre de 2009

LOS MONSTRUOS


Yo creo, que llevamos toda la vida, teniendo miedo a los monstruos, sin ningún motivo. Los tíos se esfuerzan en su trabajo, pero las costumbres que cogen, quedan ridículas.

A ver: los vampiros. Duermen todo el día, salen de noche a cazar, y usan una caja de madera. Vale, eso también lo hace mi gato.

Los monstruos se creen, que cuanto más andrajosos y sucios vayan, más asustan. Visten con andrajos, están medio putrefactos, no se lavan nunca los dientes, y se dejan crecer las uñas. ¿Pero esto nos da miedo?.

Hay otra cosa que me perturba en el tema de los monstruos. ¿Por qué todo el mundo, conoce la forma de matarlos?. Al hombre- lobo, con balas de plata; a los vampiros, con estacas y agua bendita. Es que si se van de la lengua, no sirve de nada. Las cosas que te pueden destruir, hay que callárselas.

En fin, yo os recomiendo que, si de verdad queréis saber lo que es el terror, vengáis a ver la matanza de mi pueblo. Después de verla, yo estuve tres meses sin pegar ojo.

sábado, 5 de septiembre de 2009

LA RUEDA


La rueda es uno de los inventos más sobrevalorados de la Historia.

Ya sé que gracias a ella, se inventaron la agricultura, los transportes y el comercio, pero en cinco mil años de ruedas, no ha habido evolución, siguen como el primer día; redondas.

Algún listo dirá, que tienen que ser redondas, para rodar, pero es que ni así funcionan. Cinco mil años haciendo ruedas, y todavía no nos salen bien.
Por ejemplo; las ruedas de la mesilla de la tele, que ni rueda ni nada.

Son como unos saturnos pequeñitos, que les salen a las patas de la mesa.

Un día te pones malito, quieres llevar la tele a tu cuarto, y las ruedas no giran. Tienes que arrastrarla, como si la llevases en un trineo.

No tiene perdón de Dios. Estamos en el siglo XXI, vivimos en la Era de los superordenadores, con tarjeta VGA, color, dos disqueteras, ADSL.... Pero un día, lo quieres mover, para conectar la impresora, y la mesa del ordenador tiene ruedas que no giran. ¡¡Con lo fácil que sería coger la mesita del ordenador, y ponerle dos ruedas de bicicleta!!.

- ¡¡Le he puesto a mi ordenador ADSL, y va rapidísimo!!
- ¡¡Pues, yo al mío, le he puesto dos ruedas de bici, y le da mil vueltas al tuyo!!

Si a alguno le queda todavía la duda, de que, la rueda es un invento sobrevalorado, que vaya a un supermercado. ¿Qué pasa con las ruedas de los carritos?. Tienen una ligera desviación. Muy ligera. A los carritos de supermercado, tendrían que ponerles ruedas de bici, porque la rueda de bici es lo mejorcito que hay. Eso sí, costó llegar.

Antiguamente, las bicis no eran así. Me imagino a los inventores:

- Señores, vamos a inventar la bici antigua. Vamos a ver, ¿cómo hacemos?
- Pues podemos poner la rueda de delante y la de atrás, del mismo tamaño, o podemos....

¿En qué cabeza cabe?. Delante, una rueda de tractor adulto, y detrás, una rueda de coche de Scalextric. Eso no tiene razón de ser. ¿Os imagináis el Tour de Francia con esas bicis?. Bajando el Alpe d´Huez.


Pero, ¡¡qué vamos a hacer!!, las ruedas son como una montaña rusa. No se puede vivir sin ellas, pero con ellas tampoco.

viernes, 4 de septiembre de 2009

jueves, 3 de septiembre de 2009

LAS BÁSCULAS


La báscula cuartobañera, es como un despertador, al que le ha pasado una apisonadora por encima.

Ser báscula de ésas, es una faena, porque sólo se te sube encima gente gorda. Imaginaos qué manera de empezar el día. Te despiertas y lo primero que te ocurre es, que un gordo en pijama, se te sube encima. Y te mira mal, como diciendo: “¡¡Báscula, por tu culpa soy gordo!!”.

Eso no es justo. ¿Qué han hecho las básculas para merecerse eso?. Tienen que vivir tumbadas en el suelo del cuarto de baño, con lo frío que está, y lo malísimo que es eso para el reuma.

Aún así, las básculas nos tratan bien. Por ejemplo; cuando uno se sube a una báscula cuartobañera, va nervioso. Es como presentarse a un examen. De hecho, siempre intentamos subirnos pesando poco. Y la báscula lo nota, por eso las básculas se lo piensan antes de darnos el dato. Vacilan.

Te subes y la báscula hace; “¡¡Tiqui, tiqui, tiqui.... 98!!”. Y te asustas: “¡¡Aaaaah!!”. Y la báscula retrocede: “¡¡Que no.... 62!!”. “¡¡Bufff, menos mal!!”. Y vuelve a oscilar: “¡¡90!!”. Y gritas: “¡¡Aaaaaah!!”. Y rebota otra vez: “¡¡68”!!. “¡¡Bueno, no está mal!!”. Y al final, acabas llegando a un acuerdo con la báscula: “¡¡70, ni para ti, ni para mí!!”.

Al fin y al cabo, solamente ellas, saben cuán pesados podemos llegar a ser, con el tema de adelgazar.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

LOS KLEENEX


Cuando lloramos, cuando estamos acatarrados, cuando nos caga una paloma encima... ¿quién está ahí para consolarnos?: los kleenex.

La gran duda es: ¿de dónde se sacan los kleenes?. De las chicas. Las chicas siempre tienen kleenex. Los hombres nos casamos con las chicas, porque siempre tienen kleenex, nosotros nunca. Preguntadle a un tío si tiene kleenex, y veréis.

Los kleenex tienen un defecto, y es, que no se puede escribir en ellos, pero la gente no lo quiere reconocer. Si intentas escribir con un boli, es imposible, porque se engancha y se despeja.

Y si intentas escribir con un rotulador, es peor, porque el kleenex se convierte en Drácula, y le chupa toda la sangre al rotulador, se lo bebe entero, y deja un borrón horrible. Escribir con un lápiz, es peor aún, porque resbala.

Muchas veces, me paro a pensar en los kleenex, y me pregunto, que pensarán ellos de nosotros. Porque nos ven, siempre llorando, acatarrados, moqueando, y cagados por las palomas.

martes, 1 de septiembre de 2009

lunes, 31 de agosto de 2009

LAS MÁQUINAS EXPENDEDORAS


Uno de los seres más generosos de este siglo son; las máquinas expendedoras de bollitos, snacks y tentempiés.

Me refiero a esas dadivosas máquinas que, al módico precio de una moneda, te ofrecen un Kit- Kat, y una interesante dosis de suspense. Porque, aunque metas la moneda, no es seguro que vayas a obtener la chocolatina.

La primera parte es, como jugar al “Hundir la flota”. C4, agua.... mineral. B5, Tokke.....

Si eliges el Tokke, empieza el suspense. Hay un sistema de muelle giratorio, que tuvo que ser inventado por Alfred Hitchcock. Si no, no se explica ese momento en el que gira el muelle, y el Tokke va avanzando hacia la muerte.... ¡¡Chan, chan, chan....!!.

Se ve, que el pobre chocolate, no quiere, se nota que va obligado. Y el muelle, le impele sin remisión.
Y el Tokke parece decir: “¡¡No, por favor!!”, “¡¡No quiero morir!!”.

Entonces pueden pasar dos cosas; o que la chocolatina caiga al vacío, o que se quede atrapada contra el cristal. Si ocurre esto último, se te queda una impresionante cara de tonto. Miras la chocolatina, y la chocolatina te mira a ti, como diciendo: “¡¡Te fastidias, me he salvado!!”.

Y si a ti, se te queda cara de tonto, a la máquina ya sabe lo que le espera. Pensamos, reflexionamos, y tras mucho cavilar, llegamos a la conclusión de que lo mejor que podemos hacer es, darle una soberana paliza.

Ante una máquina que se queda con tu dinero, perdemos los papeles. Uno se energumenece, y le sale el vacabuey que todos llevamos dentro. La agarras, la zarandeas como si fuera un oso panda, y nada. Le das patadas, la empujas, la golpeas, la vejas... Y todo ese esfuerzo, por una chocolatina, ¡¡que cuesta un euro!!. Un alcalde de Marbella, roba cien millones de euros, y apenas le tiramos de las orejas, pero una máquina expendedora, te roba un euro, y le astillamos el alma a patadas.

Cuando se queda ese Kit- Kat atrapado contra el cristal, nace un sentimiento de impotencia muy grande. Te sientes solo. ¿Quién manda en la máquina?. Hay un vacío legal. Nadie se responsabiliza de ella. El dueño está lejos. Hay un teléfono para llamarlo, pero es de Alemania. La máquina se ha quedado con cincuenta céntimos, y si quieres llamar, te cuesta cuatro euros el minuto.

Entonces tenemos una idea genial; meter más dinero, e intentar coger un bollito de más peso, que esté por encima del Kit- Kat, para que le caiga encima, y lo arrastre. Es una idea inteligente, es como jugar a una máquina tragaperras, y tener un avance. Ahora bien, como se te quede atascado el bollito también, te quieres morir. Ahí empieza a valer la pena llamar a Alemania, para que vengan a arreglarla.

Una cosa fascinante de estas máquinas es, los productos que tienen dentro. Son productos que no hay en las tiendas normales. Una especie de maicitos muy, muy fritos, una especie de caña de chocolate, una magdalena con mermelada radioactiva....

Creo que estos productos, no los encuentras en las tiendas normales, porque están prohibidos. Por eso, los vende una máquina, porque no es bueno que los manipule un ser humano.

Para compensar, ponen productos extremadamente sanos: la galleta Biomanán con Omega 3, los Actimeles.... Lo hacen para limpiar la conciencia.

El único producto normal, es la Concha Codan, la alta costura del bollo de baja estofa, el más delicado manjar que podemos acceder por menos de cincuenta céntimos, el más barato de los bollos, capaz de dejarnos satisfechos, y henchidos de dignidad.

Es evidente que estas máquinas dan un servicio a la sociedad. Deberían de llevarlas a más campos de comercio. Joyas, por ejemplo.

Si pusieran una máquina expendedora, dando ositos las veinticuatro horas, les descongestionaba el negocio. El problema es, que como se te quede un osito atrapado, se da la paradoja que tú te pones como un oso, a zarandear a otro oso, y ya lo dice el refrán: “oso por oso, diente por diente”.

sábado, 29 de agosto de 2009

LOS ECLIPSES


Se ha hablado mucho de los eclipses, pero nadie ha dicho la gran verdad sobre este fenómeno del cosmos: los eclipses son un timo.

No es tan fiero el eclipse como lo pintan. Siempre decepcionan, y la culpa es de la tele, que está calentando tres días antes: “¡¡Es un eclipse total!!”. “¡¡Un eclipse anular!!”. “¡¡Sucede cada doscientos años!!”. “¡¡Uuuuh, que viene el eclipse, que miedo!!”. “¡¡No se puede mirar al Sol, hay que ponerse gafas!!”.

Eso me indigna. ¿Por qué prohíben mirar al Sol cuando está tapado por un eclipse, y dejan que miremos al Sol el resto de los días?. Entonces, ¡¡que prohíban mirar al Sol de noche, que ni siquiera está!!.

La culpa es de la tele. Tú sales a la calle, y ves una eclipse que es una birria. Pero luego, lo ves por la tele, y es un eclipse que se cagan las culebras, parece el día del fin del mundo. Se ve la Luna pasando por delante del Sol.

En la tele, el eclipse es más digno, porque salen un montón de astrónomos con batas blancas. Siempre me he preguntado, para qué necesitan los astrónomos batas blancas. ¿Qué pasa?, ¿qué les salpican los asteroides?.

Cuando ves a los astrónomos en la tele, se les nota en la cara, que toda la vida, han sido unos pardillos de sus clase, y de repente, cada dos siglos, tienen sus cuatro minutos de gloria.

- ¡¡Somos astrónomos, tenemos batas blancas, y nos vengaremos de todos vosotros, por estos años de mofa!!
- ¡¡No, no, por favor!!. ¡¡Explicadnos el eclipse!!
- ¡¡Está bien. Para ver el eclipse hay que ponerse estas gafitas de cartón!!, ¡¡Jijijiji...!!

Para mí, que las gafas ridículas, fueron idea de ellos.

La tele está a favor del eclipse, por una causa muy clara. Porque son imágenes muy chulas. Pero tiene un inconveniente.... El eclipse no es ni bueno, ni malo. Es como retransmitir un atardecer. No puede haber nadie que condene el eclipse, nadie que esté a favor, no puede tener repercusión en el Congreso, ni puede ser culpa del Gobierno.

La gente lo ve como algo romántico. Pero de eso nada. El eclipse es una falta de organización. ¡¡Es una chapuza!!. La Luna que pasa por delante del Sol a las once de la mañana.... Vamos a ver, ¿qué hace la Luna pasando por delante del Sol a esas horas?. Eso no tenía por qué estar ahí. Que pase cada diez años, no es excusa.

Menos mal que pasa la Luna entre la Tierra y el Sol. Un día va a pasar el Sol entre la Tierra y la Luna, y vamos a tener un disgusto. A ver con qué gafas vamos a ver ese eclipse.

Lo único bueno del eclipse es que es puntual. Si los astrónomos te dicen que es a las diez cuarenta y cinco, si te paras a comprar palomitas, te lo has perdido. Eso sí, no le pidas bises. Que hay gente que se emociona viendo el eclipse, y cuando termina, se ponen a corear: “¡¡Otro, otro, otro!!”.

viernes, 28 de agosto de 2009

LOS BUZONES


Unos de los seres más desengañados, y escépticos, de nuestra Era son: los buzones.

Mirad que cara tienen. ¿Están sonrientes?. No. ¿Están tristes?. Tampoco. ¿Por qué?. Porque les da todo igual, su mundo no tiene sentido.

En teoría, los buzones son para meter sobres dentro, ¿no?. Pues, ¿por qué hacen sobres más grandes que la mayoría de los buzones?. Es que yo me indigno. Y los buzones ya pasan de todo.

El otro día voy a Correos, que es como un buzón gigante, con gente dentro, llevo una carta, y me dicen:

- Esa carta pesa mucho, tienes que ponerle más sellos
- Señorita.... ¿no se da cuenta de que si le pongo más sellos, no va a pesar menos?

Nada tiene sentido. El buzón con menos sentido es el buzón de sugerencias. Nadie lo usa. ¿Qué vas a poner?. Una vez usé uno. Metí un papel: “¡¡Sugiero que quiten el buzón de sugerencias!!”.

Luego están los buzones de echar cartas. Los amarillos. Ahora la gente casi no escribe cartas, y los buzones empiezan a tener serios problemas de úlceras. ¿Quién escribe ahora?. ¿Algún secuestrador?. ¿Algún asesino en serie?... Poca gente.

Ahora todo va por Internet. Antes un buzón comía mil cartas al día. Ahora apenas tres. Esas tres le caen con el estómago vacío, hacen “¡¡toc!!”. Y les sientan fatal.

Al principio las cartas, caían sobre mullidito, porque había muchas. Pero ahora, las cartas caen sobre duro, y el buzón sufre. Es como tragarte un pedal de bicicleta, con el estómago vacío: te sienta mal.

De hecho, la mayoría de los buzones, tienen una úlcera que cada vez les duele más, y que acaba matándolos poco a poco. Por eso, los buzones tienen esa cara de señor con úlcera.