lunes, 29 de junio de 2009

HISTORIA DE UN YOGUR INCOMPRENDIDO


Ésta es la historia de un yogur, al que no apreciaban, como merecía.

Estaba en la nevera, unido a otros tres más, formando un cuadrado perfecto, y un bonito mosaico. El primero en caer, fue el yogur de fresas, aquel yogur estaba predestinado a ser consumido; nuestro amigo, el yogur al que no apreciaban como merecía, era un yogur de plátano, que ansiaba la vida eterna.

Luego cayeron el yogur de frutas del bosque, y el azucarado. Nuestro yogur banánico, iba viendo como todos sus hermanos siameses, eran devorados.

El yogur, ya había visto a muchos alimentos caer, bien putrefactos, o bien ingeridos. El lacteo y cremoso yogur de plátano, oía numerosas veces, una frase, que le carcomía por dentro: "¿Qué queda el de plátano?". Veía los días pasar, su sueño se cumplía, estaba viviendo eternamente, o al menos más que sus compañeros, pero algo empezó a cambiar, la fecha de caducidad llegó, y el yogur fue tirado a la basura, a los tres meses después.
De la basura siguió al contenedor, y cuando creía que nada podía ir peor, le llevaron en un camión, al vertedero municipal.

Finalmente acabó en el vertedero, allí, junto a otros objetos, y alimentos no reciclables, entendió que la muerte es un complemento de la vida, y que la vida eterna, no puede ser, sino un castigo. Sus esperanzas aumentaron, cuando alguien, de entre los escombros, lo vio, lo miró, y dijo:"¡Anda mira un yogur!". El yogur lo iba a conseguir, iba a ser ingerido, iba a acabar su existencia de la forma más digna, y no pudriéndose poco a poco, cerró los ojos y esperó a ser cogido. "Ah, no, es de plátano..."

Esta es la trágica historia del yogur, al que no apreciaban como merecía, condenado a la vida eterna.

miércoles, 24 de junio de 2009

¡¡NO TOQUES NADA!!

El ser humano, tiene muchas características intrínsecas, es decir, las personas partimos de unas acciones naturales, por ser quienes somos.

Una de ellas, es el tocar las cosas, y dejarlas peor de lo que están. Sí. Acciones como intentar quitarse una pestaña del ojo, con el dedo índice... ¿Quién no se ha intentado quitar una pestaña del ojo, y más adelante, ha querido quitarse el ojo de la rabia?. Coger algo del supermercado, y luego no saber dónde estaba, y dejarlo en el primer sitio que has visto, cambiar el brillo de la televisión, y asumir que ya nunca más, volverás a ver la imagen nítida...

Pero si en algún ámbito, fastidiamos las cosas con simplemente tocarlas, es en la informática.
Un solo "click", te puede llevar a la desgracia más absoluta. Porque tú estás tranquilo en tu PC, y de repente, aparece una ventana, con un sonido apocalíptico. ¡PUM!. Y te pone: "Error, la aplicación debe cerrarse". Y te da a elegir dos opciones: aceptar o cancelar. Hay trampa, lo sabes. Ahí una gota de sudor, que cae por tu frente. La presión te puede. En el momento en el que ha aparecido esa ventana, acababas de escribir tus memorias, y de revisar las faltas de ortografía. "Si le doy a aceptar - piensas - se supone que aceptaré el error, y todo se cerrará bajo mi consentimiento".

Y pulsas cancelar. Y se te cierra.

Hay veces, que nuestra naturaleza humana, trasciende cualquier otra cosa, como una recomendación. El otro día estaba en casa de un amigo y me dijo:

- ¡¡No toques eso!!.
- ¿El que esto?

Y claro, lo toqué.

Está claro, que las personas somos imperfectas. De no ser así, no se habría inventado cosas como los juegos de entrenar la mente. Y sobretodo, si las personas hubiésemos sido perfectas, se perdería una de las mayores cualidades humanas, reírse de sí mismas.

lunes, 8 de junio de 2009

LOS ESQUIMALES


Existen en el planeta Tierra, unos seres, muy misteriosos, y son; los esquimales.

Son una incógnita.
Vamos a ver, todos sabemos, que los primeros homínidos, aparecieron en África, y poco a poco, fueron poblando el planeta.
Pasaron por la fértil tierra de Mesopotamia, por España, por Benidorm.... etc

Entonces, ¿qué fue lo que vieron los esquimales en Polo Norte para decir; “yo me quedo aquí”?, ¿qué vieron?, no sé, no sé, a lo mejor llegó un visionario y dijo; “aquí ponemos una gasolinera, con un cartel bien grande: HAY HIELO, y nos forramos”.

Entonces decidieron asentarse en esas tierras gélidas, y demás, y..... cuando acababan de llegar, ni siquiera se llamaban “esquimales”.
Al principio, no tenían ni idea de aquello, no conocían la zona, no sabían esquiar. Decían:

- ¿Tú que tal esquías?
- ¿Yo?, mal
- ¿Y tú?
- Yo esquío mal, también
- ¿Y tú?
- Yo esquío mal....... esquío mal, esquimal, esquimal......

Y se quedaron con el nombre.

La cuestión es, que ahora ya esquían bien, y ésa es una de las grandes paradojas del pueblo esquimal.

Otra cosa rara de esta gente, son sus construcciones; los iglús.
Unas casas sin esquinas, ¿cómo se amuebla un iglú?,¡¡que tienen paredes redondas!!.
Un estantería, una cama y una mesa, lo arrimamos a la pared, y quedan huecos. ¿Cómo cuelgas un cuadro en un iglú?.

Pero sabéis ¿qué es lo más imprescindible de tener en un iglú?; un extintor.
Un incendio allí, y lo pierdes todo.

Solamente, a los esquimales le debemos uno de los inventos, que nos ayudan a cuidarnos en nuestra higiene bucal, el Licor del Polo.

miércoles, 3 de junio de 2009

LAS ALMOHADAS


Las almohadas, son suaves y delicadas. Es sin duda, uno de los objetos que más nos duran. Yo creo que a las almohadas, les tenemos cariño, porque siempre las asociamos con momentos de descanso.

Y es que, las almohadas sirven para todo;

- Mucha gente cuando no puede dormir, porque hay mucho ruido, se aplasta la cabeza con la almohada, y les funciona, no sé si es que porque dejan de oír el ruido, o por asfixia, pero les funciona.
- Otras personas padecen de la ciática, y la almohada se la ponen en los riñones.
- Las señoras mayores, para las varices, se ponen la almohada en los pies, en alto.

O sea, sirve para todo.
Luego hay trucos, que uno va desarrollando con la experiencia. Como, por ejemplo, en verano, cuando le das la vuelta para que esté fresquita. O cuando la doblas para que sea más gorda, y poder leer. O cuando metes bolas de billar en las fundas, para ganarles a tus amigos en las guerras de almohadas.
En fin, secretillos....

La almohada, hay que decir también que, es celosa. Y para que, no te olvides de ella, cuando te levantas y te alejas de ella, te deja la cara como Freddy Kruger, con pequeños surcos, que te van desapareciendo a lo largo del día, para que no te olvides quien te espera en casa.... las almohadas.