jueves, 10 de septiembre de 2009

LAS CAMAS


Unos de los seres más importantes, para entender nuestro paso efímero por la vida son; las camas.

¿Qué es una cama?, se pregunta la gente que no sabe que es una cama. Para el ojo inexperto, una cama no es más, que ese animal cuadrúpedo, cubierto con una colcha, que hay en los dormitorios, y que sirve para darse un golpe, en el dedo meñique del pie, cuando estamos descalzos.

Pero una cama, no sólo sirve para eso. La cama tiene un fin mucho más notable; guardar las pelusas de polvo.

¿Y qué son las pelusas?, se pregunta la gente que no sabe qué son las pelusas. Las pelusas son la vida que pasa. Cuando dormimos, las camas absorben nuestro cansancio, y lo expulsan por abajo, convertido en pelusas.

Por eso, debajo de las cunas, hay tan pocas pelusas, porque los bebés no descansan en las cunas. Gritan, lloran, dan patadas..., pero el cansancio no lo sueltan, se lo quedan ellos. Y luego, se duermen por ahí, encima de cualquier cosa. Por ejemplo, encima de una abuela.... Si os fijáis, las abuelas tienen el cutis lleno de pelusilla, porque se les duermen encima los nietos.

Las pelusas son las escamas de piel, los pelitos... la vida que se nos cae, a lo largo de un día. Si nos barriéramos, al final de una vida, podríamos reconstruir nuestro cuerpo otra vez, y ser inmortales.
Es bonito. Una cochinada, pero bonito.

Nacemos en una cama, y morimos en una cama. Y cuando morimos, dicen que descansamos en paz, pero el que realmente descansa, es nuestro colchón, que por fin se jubila, y no tiene que hacer más pelusas.

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