lunes, 21 de septiembre de 2009
LAS MÁQUINAS TRAGAPERRAS
Las máquinas tragaperras, son seres indescifrables.
Son una especie de mueble misterioso, que hay en los bares, con un montón de lucecitas, como si fuera un cruce, entre una nevera y un árbol de Navidad.
Es como una nevera tuneada.
Está en un rincón, en el ángulo oscuro, y, de repente, cuando a ella le apetece, sin que nadie se lo pida, hace; “¡¡Tiru, tiru, tirurí, tiru, tiru, tirurí, tirurí, titití!!”. Y se calla. Es un misterio. Pero un misterio de fascinante índole.
¿Dónde están las reglas escritas?. Para empezar, hay una especie de ruedecilla con frutas, y hay que conseguir que coincidan. Vale, eso es como el “tres en raya”, pero con frutas. Pero, ¿qué azarosa ley rige qué fruta vale más?. ¿Por qué la piña es una fruta, más valiosa que la sandía, o que las fresas?. Digo yo, que dependerá de si las fresas son de invernadero, o si la fruta morada que sale, está en temporada o no.
Las tragaperras son útiles, dan un servicio a la sociedad, aunque estén apagadas. Por la noche sirven de posavasos, y de perchero para poner los abrigos. También son uno de los negocios más rentables que hay.
Yo desaconsejo jugar, porque puede ser peligroso.
Tienes un problema, cuando alguien te dice:
- ¡¡Oye, deja de jugar, que te vas a hacer ludópata!!
- ¿Ludópata yo?. ¿Qué te apuestas a que no?
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