Existen unos pequeños seres, que han hecho muchísimo por nosotros, y a los que, siempre les hemos dado la espalda: las mochilas.
Todo el mundo sabe, que las mochilas se inventaron, para que los niños, al salir del colegio, no se los lleve el viento. Como los niños pesan poco, y tienen una imaginación eólica, o los lastras con Matemáticas y Física, o al salir del cole, se vuelan.
En los años escolares, la mochila es la vida, y hay que personalizarla. Los niños ponen chapas, pines, y los más ingenuos, pegatinas. Las niñas ponen peluches. Son los albores del tuning.
Todo el mundo sabe, que las mochilas se inventaron, para que los niños, al salir del colegio, no se los lleve el viento. Como los niños pesan poco, y tienen una imaginación eólica, o los lastras con Matemáticas y Física, o al salir del cole, se vuelan.
En los años escolares, la mochila es la vida, y hay que personalizarla. Los niños ponen chapas, pines, y los más ingenuos, pegatinas. Las niñas ponen peluches. Son los albores del tuning.
Luego uno se hace grande, y ya no tiene que llevar mochila. A no ser, que te hagas paracaidista, o cazafantasma. Cuando veo a esos tíos que viajan por Europa, con una mochila del tamaño de una cabina telefónica, me pregunto.... ¿qué llevan ahí dentro?.
Creo que el verdadero viajero, va dentro de la mochila, y el que la lleva a la espalda, es el chófer.
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