sábado, 12 de diciembre de 2009

CUMPLEAÑOS, ¿FELIZ?


Gusta a los jóvenes, y los mayores lo odian, y no es la programación matinal de los sábados, es... el cumpleaños.

El cumpleaños es una de las fiestas simbólicas más absurdas en mi clasificación de las fiestas simbólicas. Para empezar, ¿qué tienen que ver los globos, con cumplir un año?.

Los globos son lo de menos. Lo que a mí más me llama la atención, son las tartas de cumpleaños.

La gente se la come a la fuerza. En las fiestas de cumpleaños ves un fenómeno paranormal e incluso paradójico, madres sentadas con hijos en su regazo, animándoles para que, engullan esa tarta rosa, marrón, blanca, amarilla y lila que sabe a... plástico. ¡Una cucharada más!. ¡Hasta que no te comas la tarta, no puedes ir a jugar con el globo... y eso será si tu tía te deja!

Hay un momento estelar, y galáctico, cuando se va a sacar una tarta... ¡¡se apagan todas las luces!!. ¿Por qué?. para ver el fuego... alguien debería explicar a los que sacan las tartas, que el fuego no necesita contraste para brillar, brilla por sí mismo.

Y por último, está el momento de tirar de las orejas... que como gracia está bien, pero al final acabas con el lóbulo a ras del suelo. Hay algunos, que han llegado a tropezarse, con su propio lóbulo.

Por eso, yo he decidido no cumplir más años, quedarme como estoy para toda la vida.

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