jueves, 9 de febrero de 2012

LOS ANIMALES DE COMPAÑÍA

Voy a hablar de animales de compañía y de mascotas, que diréis; ¡¡pues si es lo mismo!!, pues no, no tiene porqué ser necesariamente la misma cosa. Para considerar a algo como animal de compañía es necesario que se cumplan dos requisitos; primero que te haga compañía y segundo que sea un animal.

El mundo de las mascotas es muy amplio y muy extenso, pero se rige por ciertas normas y condiciones para tener lo que viene siendo una mascota. El primer punto del tratado mascotil, dice que te han de gustar los animales, pero no como a esos insensibles que se van de viaje a África con sus rifles, y vuelven con cabezas de antílopes y guepardos disecados, te han de gustar en plan guay, o sea, de cuidarlos y esas cosas, lo otro; feo, caca, malo….

El segundo punto del tratado mascotil, dice que has de ser suficientemente responsable para poder cuidar del animal. El tercer punto del tratado mascotil, dice que has de ser suficientemente inteligente para elegir el tipo de mascota que más se adecúe a tus necesidades y características. Dices:

- ¡¡Quiero tener de mascota a un flamenco!!

Vas mal, vas mal, porque un flamenco en una casa no puede estar.

El animal que por excelencia se ha convertido en la mascota más habitual y extendida del hombre es: el perro. De hecho, ha llegado un punto en que los perros están tan presentes en nuestras vidas, que han llenado el vocabulario del castellano de una manera asombrosa, rica y vistosa. Porque tú puedes decirle a alguien:

- ¡¡Qué perro que eres!!

Y esto significa: eres un vago. Pero esta expresión yo creo que no es concreta del todo, porque tú coges a un chihuahua, o a un yorkshire, mientras en una mano tienes una loncha de jamón y en la otra mano tienes una pelotita a punto de tirársela y en tu hombro tienes la correa de salir a pasear, y ese perro de vago no tiene nada, si acaso estaría rozando la explosión de tanta hiperactividad y excitación.

Otra expresión curiosa es: “maté un perro y me llamaron mataperros”. Bueno… ¿qué quieres, que te llamen buen samaritano compasivo?

Otra es; “llevar una vida de perros”, que representa llevar una mala vida. Vamos a ver, yo creo que el que inventó esta frase, no tenia perro. Es decir, yo he tenido perro y su vida consistía en dormir, comer, pasear, dormir, comer, jugar un rato el peluche, dormir, comer…. ¡¡si es que eso no es una mala vida!!

Tened una mascota siempre que podáis, porque es la mejor manera de tener un amigo fiel, que no abuse de vuestra confianza, que os acompañe en los momentos buenos, pero sobre todo en los malos, y que en resumidas cuentas, nunca encontraréis a nadie, que os quiera de una manera tan incondicional, aunque seáis unos auténticos capullos.

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