viernes, 25 de enero de 2013

EL GATO



Un gato está descansando, como siempre hacen los gatos. Está en el borde de una ventana, está muy contento porque acaban de aislar la ventana. Afuera hace mucho frío, está a menos veinte grados, y dentro está muy calentito, le gusta descansar en ese límite del calor, justo donde empieza ya el frío, y antes no podía porque entraba corriente, pero ahora han aislado la ventana y el gato está supercontento, descansando al lado del frío.

Y de repente ve un OVNI enorme en el cielo, un OVNI como una ciudad de grande, y sólo un nanosegundo en el aire. Estos OVNIs que van a una velocidad increíble, que hacen que sean invisibles cuando surcan el cielo, frenan en seco, y luego se van igual de rápido, porque el único testigo de ese OVNI demencialmente grande es el gato este, nadie más en la ciudad lo ve.

El OVNI aparece y se va, y el gato lo ve, y dice; Miau, y se vuelve a dormir, porque es un gato y no lo explica a nadie, cae en saco roto ese avistamiento. Es un gato, no piensa en explicarlo porque no habla. Lo ve y dice; esa luz, es una cosa rara. Ha levantado la cabeza, ha mirado y se ha vuelto a dormir y lo ha olvidado incluso, y es una pena que este gato no lo va a valorar. Y es una pena que los gatos y los OVNIs sea un teléfono roto que no funciona.

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