Sin llaves no somos nadie.
Dentro de la lista de desastres de la ONU, están; los huracanes, los terremotos, los tifones y los tsunamis. Pero no aparecen las llaves, pero si perdemos las llaves, nos daremos cuenta de que, este hecho tan tonto, también es un desastre.
Y es que sin llaves, no somos nadie.
Y todo el mundo tiene llaves, y hay algunos tienen un montón, van por la calle escorados a barlovento, porque les cuelga del bolsillo cuarto kilo de llaves.
Se pierden la llaves, y pierdes la cabeza. Hay quien se lía a dar golpes a la puertas, hasta que se parte el hombro, o el pie. Las llaves son importantes, desde el punto de vista de que, sin ellas no podríamos entrar, ni salir de ningún lado.
Y es que las llaves mienten mucho, por ejemplo, dicen que hay llaves maestras, pero, ¿en que universidad estudiaron estas llaves?, no nos engañemos, no hay llaves maestras, por la misma razón de que, no hay cerraduras alumnas, si las llaves fueran maestras, las cerraduras deberían ir a clase, ¡¡y no van!!.
Otra trola de las llaves es que hay alguna que dice; “¡¡No, no, es que yo soy llave de paso!!”, ¿cómo que llave de paso?, ¿es que hay otro tipo de llaves?. Todas las llaves dan paso, o bien a la electricidad, o al agua, o a la gente.
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