miércoles, 1 de abril de 2009

LA INFANCIA DE MIGUEL ÁNGEL



Caprese (Italia) 1482. Casa de Miguel Ángel (7 años), genio renacentista.


MADRE : ¡¡Miguel Ángel!!

MIGUEL ÁNGEL : ¿Qué?

MADRE : ¡¿Qué haces?!

MIGUEL ÁNGEL : Nada, yo…

MADRE : ¡¡Tu padre acababa de pintar la maldita pared!!

MIGUEL ÁNGEL : Ya pero…

MADRE : Ni pero ni pera. ¡¡Ludovico, ven un momento!!

LUDOVICO (PADRE): ¿Qué quieres?…

MADRE : ¡¡Mira lo que ha hecho tu hijo!!.

LUDOVICO : ¡¡Miguel Ángel!!, ¿Quién te crees que eres?.

MADRE : ¡¡No le hables así al niño!!

LUDOVICO : Acababa de pintar la maldita pared.

MADRE : Eso le he dicho yo.

MIGUEL ÁNGEL : Yo sólo…

MADRE : ¡¡Tú nada!!, ¡¡Ludovico!!…

LUDOVICO : ¿Qué?.

MADRE : ¡¡Qué le digas al niño algo!!.

LUDOVICO : ¡¡Eso no se hace Miguel Ángel!!. ¡¡Además, ya te he dicho que tus pinturas tienen una fuerza interior demasiado compleja!!. ¡¡Tanta terribilità y tantas narices!!.

MIGUEL ÁNGEL : Lo siento papá.

LUDOVICO : ¿Y qué es eso de pintar a tanto hombre desnudo?.

MIGUEL ÁNGEL : Es que…

MADRE : Nos ha salido del otro barrio, Ludovico. Se nos va, se nos va.

MIGUEL ÁNGEL : El desnudo es bello.

MADRE : ¡¡Ay!! (Se desmaya)

LUDOVICO : ¡¡Ahora mismo, te vas a la iglesia, y le cuentas eso, al cura!!.

MIGUEL ÁNGEL : Sí, papá.

Y así comenzó el proyecto de la capilla Sixtina.

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