Tal vez estéis pensando que, ¿a santo de qué, un monólogo sobre electrodomésticos?, pues…. principalmente, porque si tienes un buen exprimidor, se le puede sacar mucho jugo a este tema.
¿De verdad necesitamos tantísimos electrodomésticos en una casa?. Tenemos electrodomésticos para todo, hasta para las cosas más innecesarias.
Aclaración rápida; un electrodoméstico es una máquina que, de forma automática, hace parte de una tarea doméstica, y lo que falta lo hace tu madre. Bueno…. eso es lo que yo pensaba hasta los quince años, luego ya la cosa cambió un poquito. Es lo que tiene hacerse mayor.
Hay un cacharro para cada cosa. Si es que, ha llegado un punto, en el que parece que vivamos en la segunda residencia de Terminator, ahí venga máquinas, y venga máquinas, incluso cosas que no son necesarias, venga electrodomésticos al canto.
Uno de los principales es; la lavadora. La lavadora vendría a ser el Pachá de la ropa sucia. Porque tu abres la portezuela, metes la ropa, le echas detergente, y eso empieza a dar vueltas y más vueltas…. ves que incluso va con ritmillo (pum, pum, tum, pum, pum, tum, pum, pum, tum…) y encima se convierte en un festival de la espuma, e incluso hay lavadoras que tienen la puerta de cristal o de plástico, y se puede ver como la ropa se lava, y tal como está la tele últimamente, yo prefiero ver la ropa centrifugándose que según qué programas.
Otro electrodoméstico indispensable es; la nevera. Que algunas también tienen congelador. ¿Cómo sabemos si nos encontramos ante una nevera de toda la vida?. Primero, porque si la abres está frío. Esto es así. Y si no lo está, te has equivocado, y has abierto un armario, o el horno. No hay más, ha de estar frío. Pero maticemos, porque en el mundo de las neveras, no hay nunca un punto intermedio, o enfrían a muerte que parece que hayan teletransportado la Antártida a tu cocina, o no enfrían nada.
Y uno de los más modernos, aunque lleva ya muchos años, y que se puede encontrar en todos los hogares del planeta es; el microondas. También conocido como el sustituto casi perfecto de una madre cuando te vas de casa. Cuando vives con tus padres, tu madre suele hacerte la comida, y cuando vives solo…. tu madre sigue haciéndote la comida, sólo que metida en tupperware, y el microondas la calienta. ¡¡Hacen tan buen equipo!!. Pero aún así, ¿cuál es el uso más extendido del microondas, vayas a la cocina que vayas?, ¡¡calentar leche!!.
Un cacharro que tampoco es muy caro, pero que vale su dinero, que ofrece unas posibilidades casi infinitas para cocinar, y ¿para qué lo usamos?, ¡¡para calentar leche!!, ¡¡sí señor!!.
Luego existen unos electrodomésticos más pequeños, y más específicos, que por norma general siempre están bautizados con nombres coherentes y lógicos. Por ejemplo; la tostadora, ¿para qué sirve?, ¡¡para tostar!!. El exprimidor eléctrico, ¿para qué sirve?, ¡¡para exprimir!!. La plancha, ¿para qué sirve?, ¡¡para fastidiar!!. No entiendo la manía de llevar la ropa planchada. Los viejos son muy sabios. Y no dicen los viejos que; ¿“la arruga es bella”?. ¡¡Tanto planchar!!, ¡¡tanto planchar!!.
Pero hay más, la batidora, ¿para qué sirve?, ¡¡para batir!!, la freidora, ¿para qué sirve?, ¡¡para freír!!. La licuadora, ¿para qué sirve?, ¡¡para licuar!!, la termomix, ¿para qué sirve?, bueno…. tiene que haber excepciones. No todo va a tener un nombre tan preciso.
¿De verdad necesitamos tantísimos electrodomésticos en una casa?. Tenemos electrodomésticos para todo, hasta para las cosas más innecesarias.
Aclaración rápida; un electrodoméstico es una máquina que, de forma automática, hace parte de una tarea doméstica, y lo que falta lo hace tu madre. Bueno…. eso es lo que yo pensaba hasta los quince años, luego ya la cosa cambió un poquito. Es lo que tiene hacerse mayor.
Hay un cacharro para cada cosa. Si es que, ha llegado un punto, en el que parece que vivamos en la segunda residencia de Terminator, ahí venga máquinas, y venga máquinas, incluso cosas que no son necesarias, venga electrodomésticos al canto.
Uno de los principales es; la lavadora. La lavadora vendría a ser el Pachá de la ropa sucia. Porque tu abres la portezuela, metes la ropa, le echas detergente, y eso empieza a dar vueltas y más vueltas…. ves que incluso va con ritmillo (pum, pum, tum, pum, pum, tum, pum, pum, tum…) y encima se convierte en un festival de la espuma, e incluso hay lavadoras que tienen la puerta de cristal o de plástico, y se puede ver como la ropa se lava, y tal como está la tele últimamente, yo prefiero ver la ropa centrifugándose que según qué programas.
Otro electrodoméstico indispensable es; la nevera. Que algunas también tienen congelador. ¿Cómo sabemos si nos encontramos ante una nevera de toda la vida?. Primero, porque si la abres está frío. Esto es así. Y si no lo está, te has equivocado, y has abierto un armario, o el horno. No hay más, ha de estar frío. Pero maticemos, porque en el mundo de las neveras, no hay nunca un punto intermedio, o enfrían a muerte que parece que hayan teletransportado la Antártida a tu cocina, o no enfrían nada.
Y uno de los más modernos, aunque lleva ya muchos años, y que se puede encontrar en todos los hogares del planeta es; el microondas. También conocido como el sustituto casi perfecto de una madre cuando te vas de casa. Cuando vives con tus padres, tu madre suele hacerte la comida, y cuando vives solo…. tu madre sigue haciéndote la comida, sólo que metida en tupperware, y el microondas la calienta. ¡¡Hacen tan buen equipo!!. Pero aún así, ¿cuál es el uso más extendido del microondas, vayas a la cocina que vayas?, ¡¡calentar leche!!.
Un cacharro que tampoco es muy caro, pero que vale su dinero, que ofrece unas posibilidades casi infinitas para cocinar, y ¿para qué lo usamos?, ¡¡para calentar leche!!, ¡¡sí señor!!.
Luego existen unos electrodomésticos más pequeños, y más específicos, que por norma general siempre están bautizados con nombres coherentes y lógicos. Por ejemplo; la tostadora, ¿para qué sirve?, ¡¡para tostar!!. El exprimidor eléctrico, ¿para qué sirve?, ¡¡para exprimir!!. La plancha, ¿para qué sirve?, ¡¡para fastidiar!!. No entiendo la manía de llevar la ropa planchada. Los viejos son muy sabios. Y no dicen los viejos que; ¿“la arruga es bella”?. ¡¡Tanto planchar!!, ¡¡tanto planchar!!.
Pero hay más, la batidora, ¿para qué sirve?, ¡¡para batir!!, la freidora, ¿para qué sirve?, ¡¡para freír!!. La licuadora, ¿para qué sirve?, ¡¡para licuar!!, la termomix, ¿para qué sirve?, bueno…. tiene que haber excepciones. No todo va a tener un nombre tan preciso.
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