Siendo hoy 12 de Dciembre, o séase, mi cumpleaños, quería hablar de unos pequeños seres, con los que tenemos una relación muy rara; las velas.
Que en teoría, sirven cuando hay un apagón, pero, como se usan poco, los guardamos, dentro de un cacharro, que está detrás de unos botes, en el último estante de una alacena, que está escondida.... entonces así, no las encuentras ni con luz.
Las velas siempre hay que tenerlas a mano, aunque sea una vez en la vida, hay que tenerlas a mano. Porque las velas, están con nosotros desde que cumplimos el primer año. Que nos ponen una velita en la tarta. Y nos tenemos que fiar, ¿eh?, claro porque a esa edad, nadie sabe contar.
Imaginaos, que te ponen cincuenta y cuatro velas, no te das cuenta, soplas, y cumples cincuenta y cuatro, teniendo sólo un año, ¿qué haces?.
Una velita pequeña en la tarta, y al año siguiente, otra.
Claro, yo me imagino, que la que viene al año siguiente, ésa viene nueva, pero, la que está, ya tiene experiencia, yo me imagino, que la nueva preguntará;
- ¿Oye, esto de qué va?
- ¡¡No, tú no te preocupes, aquí te ponen fuego en la cabeza, no te agobies, te meten en una sala oscura, con un montón de gente cantando, y luego te soplan!!
- ¡¡Soplando, nos apagan soplando, yo me voy a llevar una rebequita, para no acatarrarme!!
- ¡¡No, llévate mejor un chubasquero!!.
Y cada año más velas, y cada año más velas, claro, como la esperanza de vida de los seres humanos es cada vez mayor, han tenido que inventarse esas velas que hay, que es como un número grande.
Yo no estoy nada de acuerdo con esas velas, claro es que le quita toda la gracia.
Si uno cumple setenta años, que ponga setenta velas, o si no, que no los cumpla.
Y así, tendremos; una super- raza de super- hombres, capaz de soplar super- velas, setenta velas.
Hay otras cosas que no tienen velas, que son los candelabros. La gente tiene candelabros de plata en casa, pero sin velas, ¿por qué no tienen velas?. Y si tienen velas, están torcidas, están como rotas.
La respuesta más coherente, es que la gente no tiene velas en los candelabros, para cuando sí hay luz. Es como tener una botella de agua vacía en la nevera, para cuando no tengas nada que tomar.
Que en teoría, sirven cuando hay un apagón, pero, como se usan poco, los guardamos, dentro de un cacharro, que está detrás de unos botes, en el último estante de una alacena, que está escondida.... entonces así, no las encuentras ni con luz.
Las velas siempre hay que tenerlas a mano, aunque sea una vez en la vida, hay que tenerlas a mano. Porque las velas, están con nosotros desde que cumplimos el primer año. Que nos ponen una velita en la tarta. Y nos tenemos que fiar, ¿eh?, claro porque a esa edad, nadie sabe contar.
Imaginaos, que te ponen cincuenta y cuatro velas, no te das cuenta, soplas, y cumples cincuenta y cuatro, teniendo sólo un año, ¿qué haces?.
Una velita pequeña en la tarta, y al año siguiente, otra.
Claro, yo me imagino, que la que viene al año siguiente, ésa viene nueva, pero, la que está, ya tiene experiencia, yo me imagino, que la nueva preguntará;
- ¿Oye, esto de qué va?
- ¡¡No, tú no te preocupes, aquí te ponen fuego en la cabeza, no te agobies, te meten en una sala oscura, con un montón de gente cantando, y luego te soplan!!
- ¡¡Soplando, nos apagan soplando, yo me voy a llevar una rebequita, para no acatarrarme!!
- ¡¡No, llévate mejor un chubasquero!!.
Y cada año más velas, y cada año más velas, claro, como la esperanza de vida de los seres humanos es cada vez mayor, han tenido que inventarse esas velas que hay, que es como un número grande.
Yo no estoy nada de acuerdo con esas velas, claro es que le quita toda la gracia.
Si uno cumple setenta años, que ponga setenta velas, o si no, que no los cumpla.
Y así, tendremos; una super- raza de super- hombres, capaz de soplar super- velas, setenta velas.
Hay otras cosas que no tienen velas, que son los candelabros. La gente tiene candelabros de plata en casa, pero sin velas, ¿por qué no tienen velas?. Y si tienen velas, están torcidas, están como rotas.
La respuesta más coherente, es que la gente no tiene velas en los candelabros, para cuando sí hay luz. Es como tener una botella de agua vacía en la nevera, para cuando no tengas nada que tomar.
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