miércoles, 29 de octubre de 2008

CUANDO ENFERMAMOS


Si cuando enfermas creces… ¿no deberíamos decrecer estando bien?. ¿Enferman los enanos?.

Cuando estás malo te tienes que enfrentar a una pregunta horrible que te hace el médico, una pregunta que no se puede expresar con palabras, como cuando te dicen “¿Qué es para ti la felicidad?”, pero en versión gore.

Porque tú estás enfermo con treinta y ocho y medio de fiebre, y de repente te preguntan:

-¿Qué te duele?.

A ti de duele todo el cuerpo, la garganta, la cabeza, el tobillo y las cejas, puede que hayas desarrollado un tercer ojo, o que tus manos se hayan convertido en pistolas láser, pero siempre responderás con un dubitativo:

-No sé…

Entonces el médico te ausculta, y te mira la garganta, lo cual es un rasgo definitorio de esos grandes profesionales, primero se fijan en el corazón y luego ya te meten el palo en la garganta.

Es un detalle. Pero llegados a este punto digo yo… ¡¿Era necesario preguntar qué me dolía?!. ¡Si luego siempre hacen lo mismo!. Y encima, con un palo sacado de los helados Magnum, a la altura de la campanilla, te piden que digas: “Ahhhhh”. En ese momento te sientes idiota.

Por otro lado, ya sabes lo que te duele, ¡la campanilla!

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