jueves, 30 de octubre de 2008

PENSACIONES


Yo soy de los que reciclo. Meto todo en su bolsa correspondiente: los plásticos en el contenedor azul, los vidrios en el amarillo y los papeles en el verde. La basura común la deposito en la calle, para que se la coman las ratas, que también tienen derecho a alimentarse. ¿O acaso no son también criaturas de Dios?

Hace siglos, a alguien le dio por domesticar al perro, y por eso hoy en día los perros están tan bien valorados; pero si a ese tipo de hace siglos, le hubiese dado por domesticar ratas, hoy en día tendríamos nuestro hogar lleno de ratas pululando libremente por nuestros enseres.
Y le podríamos un nombre cursi a cada uno de ellos: Randy, Lili, Toby, Pongo, Tana, Marcelo….
¡Qué alegres serían nuestras casas, si una linda ratita fuese la encargada de despertarnos, moviendo su colita y restregándola por nuestra nariz!

¿Por qué somos tan vagos? ¿Por qué nos dejamos engordar, a sabiendas de que eso nos perjudica en la salud, y en la imagen que se transmite a los demás?
Debería haber una policía anti Gordos, Gruesos y Rechonchones.
Estos policías caminarían por las calles, y al mínimo indicio de sobrepeso, el individuo o individua, sería pesado y medido, o pesada y medida, para calibrar su peso corporal.
Y si su índice de masa corporal, fuera superior al indicado, el sujeto o sujeta, sería conducido o conducida, al correspondiente edificio o edificia, en el que sería ingresado o ingresada, hasta que consiguiera reducir esos kilos de más. Pero todo esto no sería necesario, si cada uno fuera responsable de uno mismo.
¡¡Abdominales!!, esa es la solución; y menos bollería industrial.

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