Analicemos lexicalmente el verbo desayunar. Des-ayunar. Dejar de ayunar.
Vale. Pero entonces… ¿no son todas las comidas des-ayunos?.
Vale. Pero entonces… ¿no son todas las comidas des-ayunos?.
Porque antes de comer hemos estado un tiempo sin comer, o sea, en ayunas.
El desayuno ya es un nombre absurdo para una comida.
Porque desayuno tiene su lógica, des-ayunar, está elaborado, tiene un prefijo.
¿Pero comida?…, eso está cogido con pinzas. Comidas son todas.
¿Acaso la cena no es una comida? ¿O el desayuno? ¿No es una comida el desayuno?
Quiero que a partir de hoy, todo el mundo reconozca a los desayunos, como comida importante.
Que no sea esa comida que se hace casi sin pensar. Que se les otorgue la importancia que merecen.
Porque amigos… los desayunos, es lo que nos diferencia de los ricos.
Los ricos no desayunan, se levantan directamente para cenar.
Bueno… nos diferencia eso, y el hecho de que los ricos, estén forrados de dinero, y nosotros no.
Pero amigos, desayunemos, desayunemos varias veces.
Porque ya lo dice el refrán: “desayuna como un Rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”.
Desde entonces, desayuno con corona.
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