He visto películas, muñecos, recreaciones de la época, ilustraciones de libros, he visitado museos… y todo ello me ha abocado a una inquietante duda existencial: ¿por qué no hay cavernícolas calvos?.
El hombre prehistórico es identificable por tres aspectos prototípicos: el primero es que todos ellos llevaban un palo de béisbol enorme, el segundo que vestían con pieles que misteriosamente se sostenían a su cuerpo con un solo tirante, y el tercero, su larga melena oscura. Hoy, algunos hablan de evolución, cuando realmente nuestros palos de béisbol son más pequeños, las camisetas de (dos) tirantes abrigan menos. ¿Hemos evolucionado? No. Decir que el ser humano ha evolucionado es como comerse las uñas con cuchillo y tenedor: queda bien, pero no por ello deja de ser absurdo.
Algunos se ofenderán y me replicarán: “Ahora tenemos lenguaje”. Bah, lenguaje para qué. Ellos se entendían con gruñidos. Hoy, tan sólo nos entendemos así los adolescentes y somos unos marginados sociales. Puede que un grupo de alabadores del progreso me digan que el ocio, la alimentación y la cultura han mejorado en gran medida. Otra falacia. Los cavernícolas eran tan sobraos que se divertían matando bisontes, se los comían y luego los pintaban en la pared alegando que era arte, y se les era reconocido.
Desconozco si algún adolescente ha matado, comido o pintado un bisonte. Pero dennos tiempo.
1 comentario:
Yo pienso mejor, creo que era mejor antes que ahora....muchas cosas cambiaron gracias a la tecnologia :/
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